Edward Gorey: Biografía y Libros del Autor

Edward Gorey, llegó a ser un gran escritor, artista e ilustrador  que llegó a elaborar grandes obras que fueron reconocidas a nivel mundial, se destacaba por tener un estilo macabro, de suspenso, pero con algo de humor ya que toda la imaginación se la dejaba al lector. En el siguiente artículo conocerás todo lo referente sobre este artista.  

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Edward Gorey

Edward St. John Gorey nació en la ciudad de Chicago, Illinois, el día 22 de febrero del año 1925 y muere en Hyannis, Massachusetts, el día 15 de abril del año 2000, llegó a ser un gran escritor y también artista estadounidense muy reconocido por sus muchos libros ilustrados de un tono algo macabro sin embargo, con cierto tipo de sentido del humor.

Muchas personas cuando quieren conocer sobre el trabajo de Edward Gorey van a investigar sobre las antologías que llegaban a recopilar su obra. Los volúmenes Amphigorey, Amphigorey a parte, Amphigorey también y Amphigorey nuevamente (todas habiendo sido publicadas por la editorial Valdemar).

Con estas experiencias sencillas de cada uno de sus volúmenes se puede llegar a comprender la complejidad de la obra de Edward Gorey. Un volumen se encontraba clasificado en la sección Infantil, otro estaba en la parte narrativa de adultos y el tercero en la sección del idioma inglés.

El cuarto y último nunca ha llegado a la colección. Sin embargo, de seguro que lo hubiesen puesto en la parte de cómic. La dificultad de poder etiquetar a Edward Gorey llega a ser una de las constantes de su vida, que incluso él mismo llegó a alimentar con lo que era su actitud y con el escaso interés que tenía en llegar a promocionarse.

Era el dueño de una imagen original, en el transcurso del tiempo que residió en la ciudad de Nueva York resultaba algo muy fácil poder ver su gran altura con un tipo de abrigo de piel que le llegaba hasta los pies, con un gorro de mapache, una especie de pantalones tobilleros y con unas playeras que, junto a su barba poblada y a su tranquilo caminar lejos de las prisas de la ciudad, le llegaban a convertir casi en una clase de atracción.

Sus dedos se encontraban llenos de muchos grandes anillos y su estilo fue definido por uno de los periodistas del New Yorker como “una especie de mezcla de beatnik aficionado a tocar los bongos y al dandi de in del siglo”. Una vez, cuando se encontraba acosado por las preguntas de una de las periodistas, este confesó que sí, que se llegaba a sentir como una persona diferente por lo que decía: Bueno, a decir verdad, el llegar a vivir solo y en compañía de unos 6 gatos, es algo excéntrico.

Primeros Años

Como lo llegamos a mencionar anteriormente, este hombre nació en la ciudad de Chicago, sus padres, llamados Helen Dunham y Edward Lee Gorey, se llegaron a divorciar cuando él apenas llegaba a tener unos 11 años de edad y nuevamente se casarón otra vez en el año 1952, cuando ya llegaba a tener unos 27 años. Una de sus madrastras llegó a ser una mujer llamada Corinna Mura (1909–1965), una cabaretera que llegó a tener un pequeño papel en la “Casablanca” en el que se encontraba cantando “La Marsellesa” en el Rick’s Café.

Llegó a asistir a muchas escuelas primarias de la localidad entre los años 1944 y 1946, llegó a estar en el ejército en las regiones de Dugway Proving Ground, en Utah y, posteriormente, en Harvard, desde el año 1946 a 1950, en donde llegó a estudiar el idioma francés y también compartió una habitación con el futuro poeta llamado Frank O’Hara.

A pesar de que constantemente iba a declarar que su aprendizaje artístico de manera formal llegó a ser insignificante, Edward Gorey estudió el arte en el transcurrir de 1 semestre en el conocido Chicago Art Institute en el año 1943.

Infancia

Edward Gorey nació en el año 1925 en la ciudad de Chicago. Cuando durante una entreviste se le llegaba a preguntar por su infancia parece algo inútil lograr saber si era fácil o si fue difícil. De acuerdo a sus comentarios él aprendió a leer por sí mismo a la edad de los 3 años y medio, y con ya 7 se encontraba leyendo el famoso cuento de “Alicia en el país de las maravillas” y también el de Drácula lo cual dice que este le daba un miedo de muerte.

Lo que es la pérdida de inocencia al parecer llega más temprano a su vida que en el caso de otros niños. Con 7 años de edad comenzó a leer Frankenstein y, de acuerdo a lo que destacó, le había parecido algo muy aburrido por lo que dijo: “verdaderamente no se me ocurrió que pudiese saltarme nada”.

Con ya 8 años de edad leyó a Víctor Hugo. Recordando su infancia llega a decir: “una de las carencias más importantes de mi vida fue que nunca logre aprender a hacer papel-maché, y ahora ya es demasiado tarde”. Sin embargo, esto se sabe si lo llegó a decir en serio o se encontraba tratando de divertirse con una de sus aburridas entrevistas que le llegaban a hacer los periodistas interesados solamente en poder escarbar en un supuesto pasado algo traumático que llegase a justificar su gusto por lo macabro.

También llega a recordar una gran cantidad de mudanzas que tuvo, los saltos en los grados de la escuela primaria, y unos 5 tipos de cambios en la escuela secundaria. El autor decía: “Nunca logre comprender esto. Odiaba el tener que moverme y en todo momento estábamos haciéndolo. En ciertas ocasiones nos mudábamos justo a otro apartamento que se encontraba al lado de nuestro bloque, todo llegaba a ser muy extraño”.

La gran parte de su tiempo lo llegó a pasar leyendo, al igual que jugando al Monopolio, o incluso viendo películas, aficiones que le iban a acompañar en el transcurrir de toda su vida. Por lo que parecía estar algo obsesionado por las películas de los criminales y también por las películas de horror, sin embargo, de la misma manera le “encantó El jardín secreto y los libros de A.A. Milne”.

Ambos padres eran personas adictas a las novelas de misterios y a unos cuantos muchos de estos libros fueron los que pasaron por sus manos. “Agatha Christie llega a ser todavía mi favorita”. A ella fue a quien le dedicó el libro “The Audrew Legacy” que es como un tipo de compendio abreviado de todo lo que llega a pasar en una novela policíaca.

Cuando Gorey ya tenía la edad de 11 años sus padres se divorciaron y nuevamente se casarón cuando tuvo la edad de 27 años. El primer dibujo que llegó a realizar Gorey, con tan solo 1 año y medio fue extremadamente guardado de forma muy cuidadosa por muchos años por su madre. En este, se pueden llegar a visualizar una especie de salchichas con ventanas:

Lo que él dibujaba era los trenes que podía ver pasar por la casa de sus abuelos. La abuela fue la que mantuvo a su familia con los diversos dibujos de postales que realizó por muchos años. Ella llega a ser la única antepasada que es conocida con un don artístico. Por lo demás, la vida cotidiana de Gorey no posee sucesos destacados en su vida.

Solo que prestó servicio militar en el año 1944 hasta el año 1946, curso estudios en Harvard en donde escogió la literatura francesa y llegó a realizar pequeños trabajos esporádicos. Sus amigos y compañeros de estudios lo suelen recordar como una clase de persona muy singular.

La escritora y también investigadora de la literatura infantil llamada Alison Lurie llegó a comentar que “parecía una curiosidad victoriana” refiriéndose a su única forma de vestir y de la misma manera a su intención de resguardar un aire de misterio que gira en torno a él.

A comienzos de los años 50 él colaboró haciendo los posters, al igual que los escritos y un poco de dirección con la denominada Boston Shakespeare Company, ciudad en la que iba a trabajar en tiempo parcial en una librería. Por las tardes se la pasaría escribiendo los limeriks del que es su 2do libro “El Desván del Listado”. Edward Gorey dijo que le hubiese gustado mucho haber podido tener su propia librería hasta que trabajó por 3 años en una; y fue el bibliotecario “hasta que conoció a un par de locos”. Como editor, no llegaba a tener fondos y tuvo que llegar a esperar unos cuantos años para poder fundar su propia editorial conocida como “Fantod Press”. “No había nadie más interesado en sus propuestas, así que se dijo a él mismo:

Al demonio con todo yo las voy a publicar únicamente bajo mi propio sello artístico y punto, llamado Fantod Press. Por lo que decidí yo mismo hacer todo el trabajo propio, todos los dibujos, todo el texto, al igual que la tipografía, el diseño y incluso las cubiertas. La mayoría llegaron a ser unas tiras de unos 200 ejemplares.

Hoy en día ciertos de estos pequeños libros se pueden llegar a encontrar en las librerías de segunda mano a un valor monetario de más de 4.000 dólares como mínimo.

Carrera Profesional

Desde el año 1953 hasta el año 1960 y vivió en la ciudad de Nueva York y trabajó para lo que es el Departamento de Arte de Doubleday Anchor, llegando a ilustrar las portadas de los libros, tales como, por ejemplo:

  • Drácula de Bram Stoker.
  • La Guerra de los Mundos de H. G. Wells.
  • El Libro de los Gatos Habilidosos del Viejo Possum de T. S. Eliot.

Su primer trabajo, titulado “The Unstrung Harp” que traducido es “El Arpa Sin Encordar”, llegó a ser publicado en el año 1953. De la misma manera llegó a publicar bajo el pseudónimos tales como Ogdred Weary, un tipo de anagrama de su primer nombre y de su apellido.

Los libros de las historias que son ilustradas y de los dibujos de Gorey, con unos aires ominosos que se encuentran enmarcados en las épocas victoriana y también la eduardina, llegaron a tener tipo de seguimiento de culto.

Sin embargo, Gorey llegó a ser ampliamente conocido por medo de su introducción a la serie de la “!PBS Mystery!” en el año 1980 y todos sus diseños para la producción de Broadway de Drácula en el año 1977,​ para la cual en esa oportunidad logró ganar el “Tony Award” a la categoría de Mejor Diseño de Vestuario y también fue nominado para el “Mejor Diseño Escénico”.

En los años siguientes, Edward Gorey llegó a vivir en las regiones de Yarmouth Port, Massachusetts, en Cape Cod, fue en este lugar en donde escribió y también dirigió unos grandes e incontables espectáculos nocturnos, en donde generalmente se presentaban a sus propias marionetas de papel maché, en una conocida compañía como “La Theatricule Stoique”.

El mayor trabajo teatral de Edward Gorey llegó a ser el libreto para “Opera Seria for Handpuppets”, The White Canoe, para una especie de partitura del compositor reconocido llamado Daniel James Wolf.

Llegó a ser extremadamente conocida lo que fue su afición al ballet (en el transcurso de muchos años, asistió a cada una de las representaciones del New York City Ballet) y también su afición a los gatos. Las 2 figuras llegan a aparecer en su obra. El conocimiento que tenía sobre la literatura y el cine llegaba a ser extensamente inusual, y en sus entrevistas siempre nombraba como ciertos de sus artistas favoritos a:

  • Jane Austen
  • Francis Bacon (Pintor)
  • George Balanchine
  • Balthus
  • Louis Feuillade
  • Ronald Firbank
  • Lady Murasaki Shikibu
  • Robert Musil
  • Yasujirō Ozu
  • Anthony Trollope
  • Vermeer

Desde el año 1996 hasta el día de su muerte, en el mes de abril del año 2000, él, por lo demás, generalmente solitario ilustrador, llegó a ser objeto de un gran documental el cual fue dirigido por Christopher Seufert. Este todavía está por estrenarse. Su casa en la región de Cape Cod se denomina “Elephant House” y actualmente funciona como una especie de galería y de museo.

La influencia de Edward Gorey puede ser encontrada en ciertos artistas contemporáneos tales como: Tim Burton, el incuestionable deudor de lo que es la obra del estadounidense.

Nueva York

Durante la temporada navideña del año 1952, Edward Gorey visita la ciudad de Nueva York y algunos de sus amigos le logran conseguir un trabajo en la editorial Doubleday, específicamente en el departamento de diseño en donde va a permanecer por unos 7 años en ese lugar. En ese mismo empleo es que este hombre descubre su talento en el blanco y negro, y que sus cubiertas de forma rápida son apreciadas por sus originales ilustraciones y también por sus rótulos caligrafiados.

En esta misma editorial su trabajo llegaba a ser eficaz y rápido, no como suele ser el ambiente de una editorial, el cual es pesado, despistado y desordenado como muchos lo catalogan como “Hasta la Locura” como generalmente a él mismo le gusta recordar. Durante las noches es que empezaba a realizar los pequeños libros. La elaboración de su primer libro, titulado “El Arpa Encordada”, llega a ser un trabajo laborioso parecido al que llegaban a hacer muchos de los artesanos.

Como una persona de una época olvidada, Edward Gorey solía disfrutar de la soledad para poder realizar y crear una pieza única y muy singular. Por lo que crea el texto, diseña el libro, la ilustración es elaborada de una manera excepcional y le da un toque de tamaño pequeño, el cual es ideal con su trabajo fino.

Esta clase de labor, como la llega a estudiar estudia Richard Sennet en su trabajo interesante en cuanto a los artesanos, llegaba a encajar de manera perfecta con lo que era su estilo del hombre pasado, algo suavemente distanciado del mundo, el creador de un nuevo mundo, el cual no se encuentra exento del romanticismo. Los 2 primeros libros de este hombre llegaron a ser publicados al público por una editorial pequeña que ni siquiera tenía demasiado dinero ni tampoco llegó a prestarle mucha atención a sus pequeños libros.

“Grandes cantidades de estos mismos libros -según recuerda en una entrevista que le hicieron- se vendieron unos años después en las calles de la ciudad, específicamente la calle 42 por el precio de unos 19 centavos”

Una clase de locura para todos sus fans que actualmente llegan a cancelar cientos de dólares por lograr obtener las ediciones originales de estos libros de Edward Gorey. Durante muchos años alterna su vida en la ciudad de Nueva York con una casa en las áreas de Cape Cod en donde se va estableciendo de manera progresiva desde el año 1963. Nueva York llega a ser el centro de la actividad, su gran trabajo, sus amigos y, lo más importante, llega a ser el ballet, sin embargo, igualmente suele ser un espacio de distracción.

En la ciudad de Nueva York el problema suele ser que, si salgo por la puerta, el día se va ir muy rápido”. El día que se llegó a dar cuenta de que observando por una ventana de un restaurante griego podía “Observar cómo pasaban mucha más gente por esta ventana que la que Jane Austen llegó a ver en toda su vida.

Por lo que desde ese mismo día tomó la decisión de irse a vivir de manera completa a Cape Cod por el resto de sus días, hasta que muriese.

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El Ballet

Uno de los más enormes imanes, por no decir el principal, para llegar a estar en la ciudad era el New York City Ballet. Por lo que es escritos decía:

“Prácticamente toda mi vida se encuentra organizada alrededor de lo que es el Ballet. Dejo Nueva York para ir a trabajar en Cape Cod el día luego que cierran la temporada y de regreso el día antes de que se apertura”.

La primera vez que llegó a ver el ballet fue cuando solamente tenía la edad de 12 o 13 años. Lo que más le encantó fue el tipo de decorado, la puesta en escena y también los trajes. Unos 5 años después de llegar a establecerse en Nueva York se suscribió por el transcurso de unos 23 años de manera ininterrumpida desde el año 1956 hasta el año 1979, hasta lo que fue su retiro de Cape Cod, en la temporada de la misma.

En muchas ocasiones cuando lo entrevistaban, solían preguntarle de forma irónica si él era otra de esas personas que se “tragaban” el molesto Cascanueces, y la respuesta que dio fue que si siempre se la pasaba viéndolo. De cada una de las obras de teatro Gorey aprovechaba algo hasta lo más mínimo para reflejarlo en sus libros.

Siempre le encantaba el trabajo del coreógrafo y también del director ruso llamado George Balanchine y tanto fue así que, cuando el mismo fallece en el año 1983, Edward Gorey deja por completo Nueva York. En sus libros se pueden apreciar en todos ellos los estilizados personajes tales como bailarines, sus piernas, su torso, las manos, hasta incluso la posición, por lo que nos hace recordar a los gestos de estos tipos de cuerpos entrenados los cuales son capaces de reflejar languidez y también la fuerza al mismo tiempo.

Sus ilustraciones llegaban a ser como especies de pequeñas coreografías ejecutaba para poder llegar a ser representadas. Una gran parte de sus trabajos llegó a ser para los carteles, los decorados, las invitaciones y los demás tipos de elementos asociados con el ballet. Uno de los libros de Gorey, específicamente el denominado “Lavender Leotard” se encuentra íntegramente dedicado a este tipo de arte y es el que puede llegar a leerse como una especie de compendio de posturas y de los trabajos de ballet.

En el año 1977 es cuando crearía los vestuarios y al mismo tiempo la escenografía de su obra “Drácula”, el cual se trató de uno de los trabajos que más fue el que lo dio a conocer en todo el mundo. Se llegó a conocer bajo el título de “Drácula de Gorey” y fue el que ganó el Premio Tony que, por cierto, Edward Gorey nunca llegó a ir a buscar.

Sus Influencias

Gorey llegaba a ser una mezcla singular de erudito y de amante de lo popular. Su escritora favorita que se encontraba por encima de todos era Jane Austen a la cual él catalogaba como “mi ídolo”. Sabía muy bien de memoria el famoso cuento de Alicia en el país de las maravillas y también a los escritos de Edward Lear. Su inspiración era la que procedía de las épocas victorianas y de las eduardianas, sin embargo, sus ilustraciones poseen igualmente unos toques de los años 20 del pasado siglo

Otro de sus grandes libros favoritos llegaba a ser el de la escritora japonesa llamada Lady Murasaki, el titulado “Los cuentos de Genji”. De este mismo libro, y de la cultura japonesa, del cual se llegaba a declarar un gran admirador fue que Edward Gorey heredó la sutilidad y al mismo tiempo la ligereza en sus composiciones, como también un cierto tipo de hieratismo en los rostros de cada uno de sus personajes.

Su gran cantidad de gatos, aparte, de que llegaban a tener nombres los cuales eran provenientes de esta misma novela. Encantado por la ilustración del siglo XIX, los grabados en madera y en acero son los que dejan notar su clase de influencia en cada una de las composiciones, las cuales son realizadas en blanco y en negro con una gran cantidad de detalles como si fuesen a ser impresas en un bloque. Sus pintores favoritos llegaban a ser los siguientes: Paolo Uccello, Piero de la Francesca, Georges de la Tour, Vermeer, Balthus, Francis Bacon.

Su veta popular es la que provenía de su gusto por llegar a leer sobre los crímenes de verdad y también sobre las diversas historias de detectives. Sobre los crímenes, a estos los prefería por su autenticidad, de los británicos. “Es muy interesante el llegar a leer sobre la gente que tiene casas muy bonitas y también un montón de pasta, sin embargo, hace cosas horribles”.

Los crímenes ingleses suelen ser “Los Mejores”. Las novelas de policías baratas se llegaban a acumular en su casa y no tenía ninguna clase de pudor en llegar a recomendar las series televisivas como “Las Chicas de Oro o Expediente X”.

La combinación de los diversos temas populares con un tipo de refinado sentido artístico fue lo que dio pie a las muchas obras creativas las cuales son singulares en donde las tragedias llegaban a ser solamente un momento más en una serie de acontecimientos que el mismo lector mira subyugado con una ilustración minimalista y penetrante.

La belleza clásica que procede de cada uno de sus composiciones, ese tipo de mundo ordenado, es el que contrasta con lo macabro de algunas clases de momentos de los cuales cuyos detalles, por cierto, es el que deja para la imaginación de cada uno de los lectores.

Su Estilo de Vida

A pesar de que pudiese parecer que el conocer a una persona no nos llega a dar más información sobre la obra, en el caso de Gorey resulta ser algo fascinante el tener en cuenta ciertos tipos de aspectos de su personalidad.

A pesar de su apariencia, Edward Gorey no llegaba a ser en su totalidad un snob. Sus viejos vaqueros, la reclusión voluntaria, el poco afán de notoriedad y también la poca ambición lo llegaron a convertir en todo un personaje.

Este hombre siempre acostumbraba a no contestar el teléfono a partir de determinada hora (sus amigos llegaban a contar con una especie de sistema de llamada x timbres-corte-vuelta a llamar en ese entonces funcionaba de manera perfecta), y los periodistas y al igual que los admiradores se las veían y las deseaban para poder conseguir unas pocas palabras de él o simplemente para implicarle en un proyecto.

Cuando finalmente alguien lograba dar con él para preguntarle por qué él odiaba tanto a los pequeños de las casas solamente respondía con contestaciones geniales como: La verdad es que yo no conozco a ninguno de ellos.

En cierto momento de su vida una joven muy bonita, de acuerdo a lo que recuerda Theroux quien ha llegado a escribir 1 de los libros de mayor conocimientos y popularidad sobre Gorey, apoyado en los muchos años de amistad, ella le abordo para poder decirle que le fascinaban cada uno de sus libros y que él simplemente había llegado a cambiar su vida. No sin algo de ironía, él le llegó a contestar: Oh, de verdad lo siento mucho. Sinceramente espero que me puedas disculpar por eso.

A pesar de llegar a ser un gran anglófilo muy establecido en un tipo de período británico como lo es el eduardiano, prácticamente nunca llegó a viajar. Solamente 1 vez estuvo en las regiones de Escocia, en el año 1975, siguiendo el rastro del escenario de una película. Por supuesto no logro ver a ningún tipo de monstruo de ningún lago a pesar de que le hubiese gustado mucho, y fue el único y momentáneo viaje en toda su vida. Por lo que él decía: No me encuentro interesado en los lugares desde una perspectiva de vista cultural, gracias.

Su recudimiento, que Theroux llega a calificar como de fracaso, jamás le llegó a ser tal verdaderamente: Este salía a almorzar durante todos los días al mismo restaurante, iba a los mercadillos de los pueblos de los alrededores en su viejo “Golf” para poder ir a comprar de forma compulsiva las piezas que más le gustaba coleccionar, y también tenía unas excelentes relaciones con los vecinos.

Nada que ver con un personaje morboso como a muchas personas les gustaba calificarlo. Existe un tipo de aspecto en su vida el cual era muy importante: Durante toda su vida Edward Gorey vivió solo. Nunca se le llegó a conocer ninguna pareja, ni tampoco una relación. Él disfrutaba de su soledad y de cada una de sus rutinas.

Era una clase de tema muy normal durante las entrevistas que tenía. En el transcurso de las mismas él frecuentemente decía: Nunca llegue a estar emocionalmente implicado con nadie.

Simplemente solía responder lo mismo en cada una de ellas. Cuando un periodista de forma ruda le llegó a preguntar en una oportunidad se él era una persona homosexual, por lo que le respondió que sentía una clase de asexualidad con la que se en todo momento se sentía muy acorde y que, ante todo, y antes que nada, él era una persona. Su residencia en Cape Cod es igualmente un reflejo de su vida.

Denominada “Elephant House” llegaba a ser un tipo de enorme recipiente para sus incontables colecciones. Edward Gorey siempre disfrutaba cuando iba a los mercadillos populares y también a las ventas de garaje para poder comprar sus cositas coleccionables. El siempre coleccionaba de todo, ya fuesen trozos de hierro, de muñecas, máscaras, pinturas, cedés, al igual que piezas de claraboyas, también llegaba a coleccionar objetos de decoración tales como pequeños Trozos de Lámparas, Barras de Cortinas y Jarrones).

Libros, muchas cantidades de libros, sin embargo, también miniaturas y las antigüedades japonesas tales como kimono, calaveras, al igual que el arte africano como: telas y máscaras. Theroux llega a recordar que en ciertos momentos pudo observar en su desván unas grandes bolsas y bolsas llenas de telas:

Ya fuesen de sedas de Tailandia, los retales provenzales, batik… de todo tenía. Al igual que contaba con una enorme y curiosa colección de fotos decimonónicas de unos niños muertos “siempre sus amigos le recomiendan que nunca diga eso”. Los 6 gatos que tenía rondaban por todas partes, entre las que se incluía su mesa de trabajo.

En una oportunidad un periodista que fue hasta su residencia a hacerle una entrevista le comentaba el haber visualizado una gran cantidad de cajas de mudanza dentro de uno de los cuartos como si se tratase de que se había recientemente mudado o que lo estuviera haciendo por lo que Gorey le afirmó que se encontraba en ese lugar desde hace más de 10 años.

La bella y hermosa casa de Cape Cod llegó a ser fotografiada luego de su muerte por el fotógrafo reconocido llamado Kevin McDermott y al mismo tiempo fue editado el libro “Elephant House for, The Home of Edward Gorey”. Los pisos de madera, la estructura clásica, los muebles robustos, sus colecciones de muchas cosas, la luz y también el desorden.

Sus Libros

Que Gorey llegaba a ser un hombre de otro tipo de tiempo, no lo llega a dudar nadie. Sus primeros trabajos en la editorial Doubleday llegan a resultar distinguidos y con un algún tipo de aire a antiguo. Poco a poco llega a recibir los encargos de tener que ilustrar los libros para los niños. A principios de los años 70 del siglo anterior llega a ilustrar libros tales como las recopilaciones de los cuentos más populares, sin embargo, igualmente en las colaboraciones tales como la que hace con el conocido Peter Neumeyer para el libro “Why We Have Day and Night”.

O también las que realizaba con Florence Parry Heide y su conocido “Tristán” encoge en donde ya se pueden observar sus formas, los detalles y también el gusto por lo pequeño y una clase de composición clásica. No obstante, serían en sus trabajos propios en donde le de rienda suelta a su creatividad y al igual que a su fantasía.

La influencia de Edward Lear y de algunos de sus limeriks, tales como el nonsense de Lewis Carrol se llega a advertir en las obras como “El Desván” el cual se encuentra listado donde se respeta las normas del género, como por ejemplo los inicios (There was a young lady named Rose…). Como lo llega a indicar César Aira:

“El sinsentido en literatura se llega a construir relajando toda clase de relación de necesidad entre lo que son las partes del discurso (…), el nonsense como un tipo de género literario es el que pone en primer plano este tipo de mecanismo, lo que hace de él su motivo de ser”.

El haber logrado encontrar un formato que estuviese ya inventado fue lo que le dio la oportunidad de poder enriquecerlo, por ejemplo, con los detalles decorados en donde se pueden observar un gusto fino por los objetos y también por las artes aplicadas. El libro de “La niña desdichada” suele ser uno de los más populares de las personas que se llegan a dedicar a la moda por tratarse de una clase de obra de arte por la cantidad y también la variedad de los papeles exóticos que se encuentran pintados de la época que aparecen.

Gorey usa el sinsentido de una forma muy libre, jugando con la asociación de las ideas y el estrujando del lenguaje para llegar a convertirlo en una clase de poesía en donde el sonido se adelanta a lo que es el sentido.

Por este mismo motivo suele ser muy difícil el llegar a traducir algunos de sus libros, empresa que ciertos abandonan antes de empezar, como lo indica en el prólogo de “Amphigorey Oscar Manés”, el traductor.

Él prefiere llegar a dejar la literalidad y al mismo tiempo olvidar la rima, lo que lo llega a convertir a los textos de Gorey en unos simples meros párrafos con sentido, sin embargo, sin ninguna clase de gracia.

Muy distinto suelen ser las traducciones que se encuentra llevando a cabo la misma editorial “El Zorro Rojo” con Marcial Souto, del cual cuyo trabajo llega a ser impecable y al mismo tiempo refleja tanto lo que es el ritmo como la rima al igual que el sinsentido de sus libros.

Este es uno de los ejemplos de sus trabajos que llegó a realizar:

  • Original: The Doubtful Guest

When tey answered the bell on that wild winter night, There was no one expected -and no on in sight.

  • Traducción Oscar Manés (Valdemar):

Cuando respondieron a la campana aquella desapacible noche de invierno, no esperaban a nadie… y nadie había a la vista.

  • Traducción de Marcial Souto (El Zorro Rojo):

Al sonar el timbre aquella noche de invierno furiosa, a nadie esperaban y en la puerta no había ninguna cosa.

El gusto del propio Gorey por las palabras, por el juego y por el sinsentido se halla en casi todos sus libros, en donde igualmente se visualiza una clase de influencia de los surrealistas y también de los dadaístas, como llega a ocurrir en el libro “The object-lesson” en donde el absurdo y la asociación libre de ideas aparecen en cada una de las páginas como si se tratase de un tipo de ejercicio de escritura automática.

No importan las relaciones de la causa-efecto, Gorey siempre declaró en muchas ocasiones que él no creía en ellas, lo que le llega a permitir el empezar sus historias en un punto y después llevarlo por medio de cualquier sitio: Los cuales van desde niños atados a los papagayos o cometas por sus propias niñeras, a bailarinas con unas deprimentes vidas, a los huérfanos trastornados, unos calcetines abandonados, o incluso a diablos que atacan a unas sencillas mujeres. Al no haber una clase de causa en gran parte de las acciones el efecto suele ser al azar.

Se puede llegar a observar a un bebé que es lanzado de manera elegante por los aires antes de llegar a caer en una charca, son especies de tragedias exageradas, el humor como la válvula de escape, y, sobre todo, lo que es la ambigüedad, lo sugerido más que lo que es dicho. Un ejemplo de todo esto que se ha mencionado al final es el muy peculiar libro titulado “El Curioso Sofá” en donde una mujer llega a conocer cosas que jamás había llegado a probar anteriormente y se suelen detallar las diversas aventuras que tiene en compañía de otras personas.

El subtítulo, una obra pornográfica, la cual alude a los momentos en que jamás se muestran de forma explícita en la lo que es la ilustración y simplemente se deja al gusto de cada lector lo que es la interpretación que más prefiera. Luego de llegar a publicarlo muchas personas le llamaban con el fin de preguntarle, si él podía llegar a ilustrar los libros pornográficos a lo que él les respondió ¿Acaso has llegado a leer mi libro realmente?.

Los hombres no se llegan a distinguir de las mujeres, los nombres de las personas son cosas ambiguas, todo se encuentra por detrás de algo, si él llegaba a dar una interpretación de este mismo libro era el de “una chica que posee una especie de obsesión por las uvas más que por cualquier otra cosa en el mundo”.

Lo que es el humor, la sorpresa, la exageración, al igual que la inversión, incluso el trueque de los niveles y la anécdota suelen ser presentados de una forma magistral en dichos formatos breves que llegan a ser las 4 líneas en ciertas ocasiones suelen ser 2, incluso 1 vez o hasta y ninguna) que acompañan a las ilustraciones. Luego de llegar a leer determinados libros de este autor solo les queda a los lectores un tipo de gusto extraño o, hasta incluso les nace un gusto por lo extraño.

Es todo instantáneo, una clase de emergencia que justifica lo que suele ocurrir. Lo que parece llegar a decirnos Gorey es que la vida suele ser algo complicada, algo azarosa y accidentada. “Uso mucho a los niños debido a que suelen ser tan vulnerables”, Esto es lo que solía decir él.

Sobre este mismo punto sorprende el llegar a ver a los niños protagonistas en medio de las terribles calamidades y también en momentos hasta incluso muy crueles las cuales son provocadas por los mismos infantes, como en el texto “Los pequeños macabros”.

Edward Gorey llega a recordar que, con los 12 años de edad, leyó el libro de Richard Hughes, llamado Huracán en Jamaica, y el mismo le impactó que los niños que fueron rescatados por los piratas de un huracán llegasen a ser los responsables de luego haberlos colgados.

Eso fue lo que mató en mí el mito de la inocencia de todos los niños. Fue el tipo de escrito en un libro que nunca olvidas.

El libro titulado “La pareja abominable” del año 1977 se llega a basar en el famoso caso de una pareja que es asesina en Yorkshire, ubicado en Inglaterra, que llegó a matar de manera muy cruel a muchos niños. Muchos de los libreros llegaron a devolver el libro cuando lo recibieron. A Edward Gorey jamás le llegaron a importar los finales felices, a decir verdad, solo 1 de sus libros que llegó a escribir únicamente para niños, el cual se trata de “El Wuggly Ump” del año 1963, es el que tiene un final feliz.

Sin embargo, no existen humanos en este libro. Por lo cierto que su editor en ese momento se llegó a negar a tener que publicarlo en una colección para los pequeños de la casa pues toda su obra se encontraba apareciendo aparte. Puede ser que este mismo hecho, el de no publicar de manera regular en las colecciones los libros para niños, es lo que le distanció de su público de verdad.

Su Legado

El día 13 de abril del año 2000 un amigo fontanero que se encontraba arreglando algo en la casa de Gorey le llegó a decir: “Bueno, Ted, esto que acabo de hacer te van a ser unos 20 dólares que me debes”. En ese momento Gorey se desplomó sobre su sofá e inclinó la cabeza. El amigo llegó a pensar que simplemente se trataba de una de sus muchas bromas, sin embargo, no era así, Gorey en ese momento murió.

Las noticias en los periódicos luego de su muerte llegaron a hacer mucho énfasis en un personaje que tenía muchos gustos macabros y melancólicos, por otra parte, de sospechoso por haber vivido solo durante tantos años de su vida. Sus amigos en muchas ocasiones llegaron a desmentir que él era un hombre jovial, encantador y muy buen amigo.

De la misma forma que se interpretó a su persona de forma libre, sus libros igualmente llegaron a ser siempre recordados como unas obras de culto. El reconocimiento de manera pública del cineasta llamado Tim Burton en su trabajo, así como también otros llegaron a desviar la atención de los especialistas en los libros para los niños.

Es muy cierto que Gorey jamás llegó a saber si sus destinatarios verdaderamente eran los niños, a pesar de que en las entrevistas recuerda el haber recibido con mucha regularidad cartas de niños que le mencionaban lo mucho que les había llegado a gustar sus libros. Él decía es algo muy difícil el saber lo que los niños llegan a recibir de los libros.

Su obra más pequeña y de gran dificultad de poder conseguir al parecer no logró llegar hasta los pequeños. Ahora bien, ¿podemos llegar a preguntarnos si verdaderamente Edward Gorey debería de ingresar en la parte o sección de la historia de la literatura infantil con el mayor pleno derecho? Muchos de forma personal llegan a creer que sí debería.

Ya que no solamente ilustró a muchos libros para los pequeños de la casa de otros autores reconocidos, tales como, por ejemplo: Edward Lear y Hilaire Belloc.

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Sino que en todo momento llegó a mostrar su admiración y su influencia por ellos. Lear, Carroll y también otros escritores de la misma época le llegaron a brindar una clase de conexión con alguna tradición de los libros para los niños que Gorey logró rescatar y, de cierta forma, renovó.

La mezcla de los elementos del nonsense con una especie de moderna tendencia de ilustración y contar, lo ubica en un punto de renovación del género infantil. La presencia de lo violento y de lo siniestro, por otra parte, ha llegado a estar muy presente en los libros para los pequeños de la casa desde la época de los hermanos Grimm.

No obstante, más que todo eso, Edward Gorey se une con las historias de los niños malos como “Struwelpeter de Hofmann”, o “Max y Moritz de W. Busch” en donde las consecuencias de ciertos actos son tan caricaturescas y exageradas que llegan a resultar hilarantes. La idea de la infancia como el paraíso o es algo que el mismo Edward Gorey descarta. A los niños les suelen pasar ciertas cosas como: Se Caen, Tropiezan, Chocan, Son Víctimas de la Maldad de otros Niños y también de los Adultos

La Violencia y el Peligro se encuentran muy concurrentes y esto nos lo llega a recordar en sus muchos libros y, sobre todo, en “Los Pequeños Macabros”. Su libro titulado “La Niña Desdichada”, ¿acaso no parece una clase de versión mucho más de “La Cerillera de Andersen”? Y también el libro “El Niño Pío” ¿no se trata de una especie de burla a todos esos libritos de buena conducta que leyeron una gran cantidad de niños?

Por último, el viaje por un agujero el que es de la protagonista de “El undécimo episodio” parece un tipo de gran homenaje a Alicia en el país de las maravillas. Por otra parte, Edward Gorey llegó a disfrutar de hacer alfabetos, pop-up, los libros en formato mini como lo llegan a hacer de Beatrix Potter o, en su propia vida, llegando a coleccionar juguetes.

No solamente se encontraba en contacto con una tradición de la literatura infantil, sino que también con lo que es su propia infancia y con sus gustos como un niño. Es el creador total y el renovador de un tipo de género, la obra de Edward Gorey se llega a reeditar hoy en día para la fortuna de los lectores nuevos.

Es hora de llegar a conectar los diversos libros de antes con cada uno de los lectores de la actualidad, las estéticas distintas y una manera de llegar a concebir las lecturas infantiles originales porque, como lo llegó a decir Baudelaire, lo salvaje igualmente es belleza.

Obras

Edward Gorey llegó a escribir mucho más de 100 obras, entre las cuales podemos incluir:

  • El Huésped Dudoso

Este es uno de los Libros del Zorro Rojo, la cual fue presentada en el año 2011; (The Doubtful Guest, Doubleday, originaria del año 1957. Este libro trata sobre que una persona debe de ser muy educada para poder soportar a algunos huéspedes, sobre todo si llegan a romper los libros, llegan a morder los platos y no les prestas mucha atención.

Aun más si se llegan a instalar en su casa y en todo momento se niegan a irse. Cuando en cierta noche de invierno se escuchar sonar el timbre, no debe de acudir a la puerta y debe de apagar la luz.

  • El Curioso Sofá

Este llega a ser otro de los Libros del Zorro Rojo, la cual llegó a ser presentada en el año 2012; (The Curious Sofa: a Pornographic Tale by Ogdred Weary, Astor-Honor, es originaria del año 1961. Más adelante hablaremos un pequeño resumen referente a este libro de Edward Gorey.

  • La Niña Desdichada

Este también forma parte de los Libros del Zorro Rojo, presentado en el año 2010; (The Hapless Child, Obolensky, este es el original sacada en el año 1961).

  • La Fábrica de Vinagre

Esta posee unos 3 tomos de enseñanza sobre la moral, Forman parte de los Libros del Zorro Rojo, del año 2010; (The Vinegar Works: Three Volumes of Moral Instruction, Simon & Schuster, este fue el original del año 1963).

  • Los Pequeños Macabros

Posteriormente presentado en los Libros del Zorro Rojo, del año 2010; (The Gashlycrumb Tinies, Simon & Schuster, el original se presentó en el año 1963).

Muchas de las grandes obras de Edward Gorey llegaron a ser publicadas imperceptiblemente y llegan a ser difíciles de poder encontrar o dar a caras. No obstante, los siguientes 4 recopilatorios son las que conjuntamente una gran cantidad de su material. Dado que los libros de este escritor son originales y también son cortos, estos pueden llegar a contener unos 15 por cada uno de estos volumen.

  • Primer Volumen: Amphigorey 1972 – Este ha llegado a ser publicada en el idioma castellano y llega a contener:

The Unstrung Harp – The Listing Attic

The Doubtful Guest – The Object-Lesson

The Bug Book – The Fatal Lozenge

The Hapless Child – The Curious Sofa

The Willowdale Handcar – The Gashlycrumb Tinies

The Insect God – The West Wing

The Wuggly Ump – The Sinking Spell – The Remembered Visit.

  • Segundo Volumen: Amphigorey Too, publicado en el año 1975.
  • Tercer Volumen: Amphigorey Also, este volumen llegó a ser publicado en el año 1983.
  • Cuarto Volumen: Amphigorey Again, Este último de sus volúmenes llegó a ser publicado en el año 2004.

Igualmente llegó a ilustrar otros 60 trabajos los cuales eran de otros autores, entre algunos de ellos: Edward Lear, John Bellairs y John Ciardi

Edward Gorey. El Lado Dark de una Vida Feliz

Edward Gorey ha llegado a ser uno de los más grandes ilustradores prolíficos y también originales del siglo XX. No suele ser una casualidad que se hable de él en los momentos cuando se va acercando la temporada de Halloween, debido a que efectivamente cada uno de sus dibujos pertenecen a una clase de “imaginario macabro y también grotesco e inconfundible occidental”.

El mismo autor llegaba a definir su obra como “whimsically macabre”, o sea algo caprichosamente macabra, y también “literally nonsense”, por su tipo de sentido surrealista. Era algo que de forma rápida hace a los lectores pensar en un cierto gusto estético, sin embargo, sazonado con mucha cantidad de humor. El autor llegaba a decir lo siguiente: Las personas surrealistas son personas que llegaban a pensar que no había nada más misterioso que la misma vida cotidiana. En eso yo si estoy de acuerdo. La vida cotidiana llega a ser algo muy desconcertante.

A decir verdad, sus historias siempre hablan de las presencias oscuras, de la muerte, de las grandes mansiones decadentes, y suele ser verdad que el autor lograba conseguir que el lector se llegase a sentir algo incómodo, perturbado, con la clase de sensación de que es verdad que algo terrible iba a suceder. Sin embargo, el lado irónico y también caricaturizado, en todo momento muy claramente evidente, es lo que hace que las mismas historias se logren mantener en un equilibrio irresistible.

Edward Gorey, con cada uno de sus dibujos en blanco y negro y también con sus personajes pálidos y larguiruchos, ha podido ser capaz de fascinar ya sea a los adultos como también a los niños (si bien en todo momento admitió que este último no llegaba a ser su público de referencia).

Y la verdad llega a ser que la misma persona de este hombre se lograba inscribir de manera perfecta en su intención artística, siempre cuando algunos observan sus fotos no dejan de pensar, por ejemplo, en las grandes personalidades tales como la de Oscar Wilde o a la de Charles Baudelaire, que llegaban a ser afines a la suya.

Igualmente, a ciertas personas les vienen a la mente al ilustrador del art noveau llamado Harry Clarke, por el trazo y también por el tipo de gusto gótico. Para poder llegar a entender la gran influencia del trabajo de Edward Gorey en la cultura visual de la actualidad, se pensar en Tim Burton, quien es uno de los mayores fans, que con sus películas, tales como: Bettlejuice y Edward Scissorshead (Eduardo Manostijeras).

Ha llegado a revivir el instinto imaginario de Gorey en la gran pantalla del cine. Se debe de admitir que, a pesar de que no se llegue a conocer de forma directa a este gran hombre ilustrador, su estilo y también su estética llegan a resultar por lo menos algo familiares.

Si bien tanto lo grotesco y también lo macabro llegan a ser los trazos más reconocibles de su estilo, junto a lo que es su aire victoriano de sus dibujos y de su personalidad dandy, lo tipo estético no puede llegar a ser el único marco en el que puede llevar a cabo un tipo de análisis exhaustivo de lo que es la obra de Edward Gorey.

Este tipo de autor llegaba a tener una cultura profunda y también una clase de curiosidad voraz en las disciplinas diferentes. Ante todo esto se encontraba su enorme amor por el arte, también por la literatura y por el teatro, célebre suele ser su aporte en el diseño para lo que es la producción de Broadway de Drácula, en el año 1977. Igualmente, llegaba a ser un gran aficionado de lo que es el ballet y nunca se perdía uno de estos espectáculos del New York City Ballet.

Entre algunos de sus artistas favoritos, Edward Gorey llegaba a nombrar en varias ocasiones a grandes escritores tales como: Jane Austen, Lewis Carrol, Anthony Trollope, Lady Murasaki Shikibu y Robert Musil. Al igual que a grandes pintores tales como, por ejemplo: Francis Bacon, Balthus, Vermeer y Piero de La Francesca

Incluyendo al coreógrafo de origen ruso llamado George Balanchine, y bueno, la lista llegaría a ser extensamente larga para poder escribirla por completo. Lo curioso es que este hombre llamado Edward Gorey podía llegar a hablar de manera apasionada de los poetas tales como T.S. Eliot o de los grandes filósofos como Wittgenstein, junto a una serie como Buffy la cazavampiros o el Expediente X. Su cultura era algo así como de 360°.

Por otro lado, su formación artística no llegó a ser muy consistente. En el año 1943 logró estudiar 1 solo semestre en el Chicago Art Institute. En ciertas entrevistas Edward Gorey llega a admitir que se ha sentido muy inseguro con sus dibujos, su proceso creativo llegaba a comenzar en todo momento desde la parte literaria, luego, en un 2do momento, estaba trabajando en la parte visual.

Y de forma efectiva todas sus ilustraciones poseen las dimensiones estrictas de las publicaciones definitivas. Igualmente, la elección del blanco y negro llegó a ser inicialmente establecida por las diversas necesidades económicas de la impresión, y al final Edward Gorey, como él mismo lo llegó a decir, acabó pensando solo en las escalas de grises.

Un ejemplo de artista y de un ilustrador que llegando a ser autodidacta ha logrado conseguir el llegar muy lejos, y que les demuestra al público como la curiosidad insaciable suele ser la mejor herramienta para poder crecer y también mejorar en sus pasiones y en su trabajo. La cultura llega a ser en todo momento el recurso de mayor valor, como también el buscar los nuevos desafíos para poder encontrar los estímulos que requieren.

El estilo tan personal y también cautivador de Edward Gorey ha llegado a ser el resultado de su capacidad individual de poder visualizar y el reelaborar toda la inspiración que le llegaba de sus artistas favoritos (ya que existe una importante relación entre lo que es el proceso creativo y el ejercicio de copiar).

Lo curioso suele ser que un personaje tan emblemático y, al parecer, muy inquieto, en verdad se trataba de una persona muy tranquilo, poco propenso a lo que es el viaje y lo mucho rutinario. Habían unas 2 cosas entre todas las cosas en el mundo que le llegaban a hacer feliz: Los Libros y Los Gatos.

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