Conoce a través de este artículo información detallada sobre el autor José María Gabriel y Galán, sus obras y varios de sus poemas. Sigue leyendo y aprende sobre sus grandes trabajos.
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Biografía de Gabriel y Galán
José María Gabriel y Galán nació el 28 de junio del 1870, en Frades de la Sierra, Salamanca, España. Fue criado en el campo, dentro de una familia de propietarios de sus tierras dentro de la localidad en donde nació. Sus padres fueron Narciso Gabriel y Bernarda Galán. Su madre era una apasionada por la poesía, influenció a sus hijos, aumentando la atracción de cada uno de ellos por la composición lírica.
Gabriel y Galán pasó casi toda su infancia en su lugar de nacimiento, asistiendo a la escuela como los demás niños. A los quince años de edad se traslada a Salamanca para cursar los tres primeros años del Magisterio en la Escuela Normal. Durante esa época, escribió sus primeros versos. El cuarto año lo realizó en la escuela normal central de Madrid, aunque esta ciudad producía emociones negativas dentro de él. Incluso en algunas de sus cartas la tilda de Modernópolis.
Al obtener el título de maestro en grado superior, a los diecinueve años, inicia un viaje a Galicia en julio del año 1889, acompañado por su amigo de estudios, Casto Blanco Cabeza. Durante ese viaje realiza La fuente vaquera y Adiós, al quedar impresionado por el paisaje gallego, desde al interior a los acantilados del Orzán. Posteriormente, obtuvo el título del magisterio y fue destinado a Guijuelo, localizado a unos 20 kilómetros de su ciudad natal. Estuvo allí desde 1889 hasta 1892, para luego trasladarse a Piedrahíta hasta 1898.
En las cartas redactadas a sus amigos cercanos afirma que durante esta época su estado de ánimo es bajo, por lo que comienza a definirse como un hombre melancólico, sensible y con grandes convicciones religiosas, las cuales recibió de su madre, y estas características ya pueden ser percibidas en los poemas de José María Gabriel y Galán para ese entonces. En 1893 conoce a Desideria García Gascón, quien se convertiría en su esposa. Ella nace en el seno de una familia de terratenientes y experimenta un gran cambio al independizarse, el cual se acentúa en su boda, que tuvo lugar en Plasencia en Enero de 1898.
Después de su boda, Gabriel y Galán abandona el magisterio y se traslada a Guijo de Granadilla en Cáceres para administrar la dehesa El Tejar, uno de los terrenos que pertenecían a la familia de su esposa. Durante su estadía en ese lugar encuentra el sosiego y tiempo que necesitaba para madurar su poesía alrededor del campo y los campesinos. Muchos de sus manuscritos inéditos de esa época fueron recuperados por la contribución de sus herederos, sin embargo no son publicados hasta medio siglo después de su muerte.
Al nacer su primer hijo en 1898, Gabriel y Galán compone El Cristu benditu, la primera de sus famosas obras extremeñas, en donde usó la lengua vernácula, “el castúo”, dando mayor vida a la musa del poeta. Fue inspirado por el deje andaluz de su maestro Medina, para comenzar a escribir en el dialecto extremeño. Su poema fue dado a conocer a Miguel de Unamuno, quien en ese entonces era catedrático de lengua y literatura griega en la Universidad de Salamanca, por su hermano Baldomero Gabriel y Galán, abogado, aficionado a la poesía y columnista de prensa.
Unamuno sintió mucho agrado por la pieza y por las obras completas de José María Gabriel y Galán en general por su ejemplo de defensa y casticismo.
Su reconocimiento como poeta inicia en 1901, cuando en los Juegos Florales que se celebraron en el Teatro Bretón de Salamandra, fue premiado con la flor natural por su obra El ama, la cual fue inspirada por la muerte de su madre. Miguel de Unamuno, rector de la universidad de Salamanca desde el año anterior a esta obra, fue el presidente del jurado compuesto por Santiago Sebastián Martínez, Luis Rodríguez Miguel y el escritor Francisco Fernández Villegas. Después de ese evento, Gabriel y Galán comienza a intercambiar correspondencia con el rector de Salamanca.
El aspecto ideológico estaba extremadamente polarizado en la Salamanca del año 1900, esto se debe a que entre Unamuno y el obispo de Salamanca, Tomás Cámara y Castro. El obispo, intentando que Unamuno fuese destituido de la jefatura de la universidad, creó una situación complicada al poeta, basándose en una serie de intentos de instrumentalizar su obra por parte de ambos individuos.
La fama de Gabriel y Galán comienza a crecer luego de su triunfo en los Juegos Florales de Zaragoza, Sevilla, Lugo y Buenos Aires. En 1902 publica sus dos primeros volúmenes, Poesías y Castellanos. Ese mismo año fue invitado por el ateneo de Madrid a brindar un recital poético, el cual finalizó con un sonoro éxito. El Guijo de Granadilla se ofreció, a su vez, a contribuir al homenaje de su celebérrimo vecino con el título Hijo adoptivo, que la villa le concedió al autor en el año 1903. Para esta ocasión, escribe Sólo para mi lugar.
Gabriel y Galán, en cuanto al aspecto político era de ideas carlistas y llegó a colaborar con la prensa católica llamada Buena prensa. El 31 de diciembre de 1904, cuando finalizaba una jornada de supervisión de los trabajos de campo, comenzó a sufrir de diversos malestares. Al pasar una semana, el seis de enero de 1905, lamentablemente falleció de lo que se cree fue una consecuencia de una apendicitis aguda.
Su profundo apego y amor por parte de las personas de la población en la que vivía el poeta, se demuestra en varios testimonios de quienes presenciaron el duelo. Absolutamente todos los habitantes, tanto jóvenes como viejos, ricos y pobres, se apresuraron a la funeraria para orar ante su cadáver por el descanso de su alma, besando sus pies y sus manos. Al momento de su muerte aún era joven y se encontraba en su época más gloriosa, pues era uno de los poetas más leídos de España.
Unamuno, en la primera evocación luego de su muerte, dijo sobre su legado: no ha pasado Galán por la tierra como una callada sombra; deja cantos de consuelo para esos pobres soñadores dentro del sueño de la vida. En esos cantos nos queda el alma de su alma. Se la dio su pueblo y ahora a su pueblo vuelve. Gabriel y Galán dejó cuatro hijos: Jesús, Juan, Esteban y María Purificación. Los dos últimos fallecieron de forma prematura.
Luego de la muerte del poeta, su hermano Baldomero se hizo cargo de su obra, desde Salamanca y luego desde Madrid, promocionándola en diferentes ediciones y brindando datos sobre al autor a algunos de sus estudiosos y biógrafos. El ayuntamiento de Frades de la Sierra aún mantiene la casa familiar en donde nació Gabriel y Galán y el de Guijo de Granadilla, en donde habitó hasta el día de su muerte. Ahora es un museo en donde se exhiben sus manuscritos y objetos personales, que fueron donaciones de sus herederos.
Por otro lado, dentro de las cercanías del Guijo, en medio de la península que se encuentra rodeada por el pantano de Gabriel y Galán, se construye la casa de las gochas, localizada en la plaza mayor del antiguo señorío medieval de Granada, hoy conocida como Ganadilla. En esta fachada se puede observar aún la placa conmemorativa del homenaje realizado al poeta cuando intercedieron al pantano que llenó los terrenos que había cedido para que la construcción llevase su nombre.
Por una orden real emitida en el año 1929, surgió la posibilidad de poder transmitir ambos apellidos del poeta a su descendencia. Por lo tanto, Gabriel y Galán se convirtió también en el apellido de sus herederos. Al mismo tiempo, el rey Alfonso XIII favoreció a su primer hijo, Jesús, que quedó huérfano de su padre a los seis años de edad, pagando sus estudios y brindándole los recursos necesarios para el bachillerato en el Real Colegio de Alfonso XII de El Escorial.
Más tarde, cursó derecho en el Real Colegio de Estudios Superiores, también en El Escorial, con el uso de una beca. De todos los descendientes del poeta, José Antonio Gabriel y Galán siguió sus pasos como escritor de prosa y poesía, mientras que Jesús Gabriel y Galán Acevedo realizó la biografía definitiva del poeta. Junto a su hermano José María, editó el documento que hasta ahora es la versión más precisa de sus obras completas.
Estilo y obras
La obra poética de Gabriel y Galán se considera apartada del modernismo. Su estructura es conservadora y temática, pues defiende las tradiciones, la religión católica, las costumbres familiares y la vida campesina. La poesía de este autor se centraba en el pueblo desde aproximadamente 1898, así como al paisaje y a las villas que se encuentran en el campo. Estaba tan ensimismado en el mundo campesino y en su deseo de acercarlo a la poesía, lo destaca en la composición de piezas de sencilla comprensión con fundamento ético – moral.
La justificación encuentra el uso del dialecto extremeño dentro de sus poesías, una captación sencilla de la palabra hablada por los campesinos, en donde se filtraban algunos términos vulgares de forma inevitable, por lo que García y Galán los incluía también en algunas de sus piezas. Varios autores consideran que el dialecto extremeño escrito por este poeta es una variedad del leonés. Sin embargo, no hay una constancia de que el mismo autor haya manifestado alguna vez sus obras estuvieran escritas en leonés.
Su obra en dicho dialecto fue practicada a partir de su establecimiento en el Guijo, durante el año 1898. A través de ella atrajo la creciente sensibilidad del casticismo novecentista. Otros autores como Miguel de Unamuno y Ramón Menéndez Pidal, se mostraron especialmente receptivos y abiertos a su novela, animándole a seguir practicando la poesía de esa manera. El interés de Gabriel y Galán por recoger el habla popular de su pueblo, dio lugar a la realización de análisis filológicos basados en torno al déficit de exactitud científica dentro de su trabajo en general.
Sin embargo, la pretensión del autor no era alcanzar una exactitud científica, sino utilizar una herramienta léxica para acercar su trabajo al pueblo en donde nació, pues tenían una forma distinta de hablar a la cotidiana. Por otro lado, Antonio Salvador Plans señaló que la distinción entre dialectalismo y vulgarismo se encuentra en una línea tan delgada que es casi inevitable caer en uno o en otro de forma indistinta.
Gabriel y Galán creía que era absurdo pretender un modelo dialectal sin fallas, además de similar a intentar un modelo popular en el siglo XIV, basándose en las serranas del Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita, o de algunas épocas diferentes como base el sayagués, los sainetes, los entremeses, las zarzuelas, entre muchas otras modalidades literarias en las que se ha basado un modelo de apariencia común. El embargo de Gabriel y Galán llamó particular atención en cuanto a los asuntos en discusión, pues se encontraba realizado en el dialecto mencionado.
Por otro lado, Gabriel y Galán fue uno de los primeros autores que se atrevió, durante su época, a denunciar la miseria de la comarca de Las Hurdes, a través de los poemas “La jurdana” y “A Su Majestad el Rey”, ambos publicados en el año 1904. El segundo poema mencionado tenía como objetivo principal sensibilizar a Alfonso XIII, quien en ese entonces se encontraba de visita en Salamanca.
Más adelante, el monarca señaló que a través de ambas poesías logró tomar conciencia del problema del territorio que tardaría en visitar, en 1922. En los años sesenta, las obras de este autor fueron despertando el interés internacional, cuando durante los años 1960 y 1965, la profesora María Romano Colangeri, de una universidad de Italia, realizó diversos estudios sobre varios aspectos de las obras de este autor, tanto de los poemas generales como los poemas cortos de Gabriel y Galán. En 1969 fue culminada una tesis doctoral sobre las obras de Gabriel y Galán, realizada por Bessie W. Stanford Stadt en la universidad de Arizona, Estados Unidos.
Sus obras llamaron atención de forma internacional no sólo por el uso distinto de su dialecto, sino por los ideales que transmitía a través de cada una de sus escrituras. Es por ello que se convirtió en uno de los mejores autores de su época.
Influencias
El autor ha sido influenciado en gran medida por muchos otros poetas, dentro de ellos el autor mencionado anteriormente Miguel de Unamuno, quien posteriormente se convirtió en uno de sus más cercanos amigos. Dentro de sus obras en dialecto extremeño, fue influenciado de forma considerable por dos autores: Mario Simón Arias Camisón y Luis Chamizo Trigueros. En este apartado del artículo te brindaremos breve información sobe cada uno de ellos.
Mario Simón Arias Camisón nació el 31 de diciembre del año 1907, en el pueblo de Santa Cruz e Paniagua, localizado en Cáceres. Este pueblo se consideraba como un retiro espiritual del gran asceta San Pedro Alcántara. Al culminar los estudios primarios en su lugar de nacimiento, estudió magisterio. Trabajó como maestro nacional en Hervás, Albires, Ayuntamiento de Izagre en León y Santa Cruz de Paniagua. Tuvo tres hijos durante su matrimonio, los cuales llevaron los nombres de José Antonio, Felipe y Gonzalo.
Fue uno de los vecinos más antiguos de la localidad en donde vivió hasta su muerte en el año 2009. Sus obras tuvieron diferentes etapas, una intelectual y otra de retiro personal, en donde se dedicó a escribir en su pueblo natal. A esta última etapa también se le conoce como verdadera, pues escribió sus experiencias y emociones de vida a lo largo de los años, así como contando en detalle sobre el lugar en donde nació y creció. Este autor escribía en dialecto extremeño, por esta razón fue de gran influencia para Gabriel y Galán y uno de sus escritores favoritos.
Por otro lado, Luis Chamizo Trigueros nació el 7 de noviembre de 1894 en Madrid. Fue un importante escritor y poeta español, siendo la autoridad literaria más importante y solicitada de Extremadura. Sus obras están escritas en dialecto extremeño y también en castellano, es decir, con rasgos dialectales extremeños, aunque nunca los denominó como castúo. Sin embargo, sí emplea ese término para referirse a las personas de la región, sobre todo a los campesinos que siguen la vida ruda de la agricultura de secano, como es la costumbre en esa región.
Este escritor fue cercano al movimiento modernista a través de Salvador Rueda, Francisco Villaespesa, Amado Nervo y Emilio Carrere. Fue, a su vez, contemporáneo con la generación del 27, pero a pesar de ello tomó la decisión de inscribirse en la poesía regionalista. Publicó una de sus primeras obras en el año 1921, llamada El Miajón de los Castúos. Más adelante escribió la obra de teatro Las Brujas y su libro Extremadura.
Ambos autores tienen en común su escritura en dialecto extremeño, lo cual llamó la atención de Gabriel y Galán, pues él también encontraba sus orígenes en un pueblo, sintiéndose identificado con las obras de los autores mencionados. Este escritor es recordado no sólo por su dialecto extremeño a la hora de escribir, sino por los ideales religiosos y a la vez irónicos que transmitía a través de sus manuscritos. Llegando a los corazones de muchos lectores. Fue un autor muy querido por su gente y su público, es por ello que aun en la actualidad existen museos dedicados a sus obras.
A continuación un Poema en dialecto extremeño por Gabriel y Galán:
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