Casa de muñecas de Henrik Ibsen (Resumen)

Casa de muñecas de Henrik Ibsen es una obra teatral clásica que trata de manera sutil pero implícita la importancia de seguir con un patrón de comportamiento clásico, social y moralmente aceptado, en el cual se le da a la mujer un papel secundario con el propósito de cumplir el rol de esposa y madre perfecta. En este artículo analizamos y le presentamos un completo resumen de Casa de muñecas, una interesante y polémica obra literaria.

Acerca de la obra

En la obra clásica de Henrick Ibsen Casa de Muñecas se le presentan al lector una serie de hechos de los que se vale el autor para hacer una crítica al limitante papel que muchas veces la sociedad impone de manera tajante al libre albedrío del ser humano.

Casa de muñecas es un libro fácil de leer, entretenido pero lleno de matices que hacen que el lector ubique en su realidad los personajes del libro, donde el sentimiento de inconformismo y frustración, por tener que vivir en una sociedad donde imperan las acciones de lo que es el deber ser y no lo que se quiere hacer desde la voluntad y la libertad de ser uno mismo.

Una de las características de esta obra es la sagacidad de cómo el autor plasma una crítica severa contra la aparente estabilidad y unión de la familia perfecta, si y solo si cumple con lo permitido en una sociedad donde se acostumbra a las acciones cargadas de hipocresía y falsedad.

Estructura

Esta obra presenta tres actos en los cuales la trama va aumentando su intensidad y los sentimientos de culpa, tristeza, preocupación y angustia van ocupando poco a poco la mente de los personajes, hasta que llega un punto donde se sienten en un callejón sin salida en el cual la única opción es finalmente decir la verdad.

Los personajes van cambiando a medida que se desarrolla el argumento, y nos van mostrando que no es fácil tener que vivir de acuerdo a los valores autoimpuestos donde se debe cumplir con lo que se supone que deben hacer, convirtiéndolos en agentes pasivos de su propia existencia.

Resumen

En este apartado del artículo se presentan de forma resumida todos los actos que componen la obra, haciendo mención a  los detalles importantes:

Primer acto

Helmer Torvaldo y su esposa Nora son un feliz matrimonio, acostumbrados a lujos y un bienestar familiar basado en los bienes materiales de los que la pareja ha podido disfrutar, junto a sus tres hijos. La familia recibe la temporada navideña con ansias, ya que el esposo va a pasar a desempeñar un mejor puesto en el banco donde trabaja, y esto les produce una intensa sensación de realización personal.

La pareja cree conocerse bien, él es un hombre trabajador, familiar y orgulloso, y ella es una mujer cariñosa a quien le encanta la comodidad, se dedica a su familia y los consiente a su manera. Tienen una interacción bastante común para la sociedad de la época, él se torna paternalista y ella consigue su aceptación desde una postura de niña inocente y juguetona.

La visita de Cristina

Un día Nora recibe la visita de su amiga de años Cristina, con la cual trata de ponerse al día tras estar distanciadas por largo tiempo. Nora presume sus años de feliz y tranquilo matrimonio, aunque su situación no es perfecta, mientras que su amiga no tiene cara de haber tenido la misma suerte, de hecho se había casado por conveniencia para poder cubrir el tratamiento de su muy enferma madre y también para tener dinero para los gastos de sus dos hermanos menores.

Las cosas cambiaron mucho en estos años para la infortunada Cristina, pero se siente vacía por su pasado sin amor. En la conversación sale el tema de la oportunidad en que Nora tuvo que resolver como encontrar el dinero para que su marido tuviera el viaje de reposo ordenado por el doctor, que le proporcionaría el descanso necesario para recuperar su salud.

Le dice a su amiga que ella consiguió un préstamo de su padre antes de morir. Al continuar hablando se establece entre las dos mujeres que con la promoción de Torvaldo podría ayudar a Cristina, quien ve la oportunidad de echarle en cara a su amiga y le dice, en un arrebato de soberbia, que el dinero no fue un préstamo de su difunto padre, sino que lo había conseguido ella sola, sin autorización de su marido y valiéndose por sí misma.

Torvaldo por su parte, también recibe muchas visitas por esos días, ya que con el ascenso se había vuelto un tanto popular, ya que el puesto es de mucha influencia en el ámbito social. Su esposa le habla de que quiere una oportunidad de trabajo para su amiga, la cual consigue sin problema alguno.

Existe un personaje un tanto sombrío, de apellido Krogstad, que llega para poner todo de cabeza, en un momento, nos damos cuenta que, este hombre fue quien ayudó a Nora a conseguir el dinero para el viaje de su marido, pero de una manera muy cuestionable.

El dinero es producto de un fraude, ya que este hombre, falsificó la firma del padre de Nora para hacer efectivo un pagaré, además de haberlo aceptado, ella no le veía el lado «tan terrible» al asunto, ya que era por el bien de su familia y para que su marido se recuperara. Ahora quiere más, y en vista de que el propio esposo de Nora va a despedirlo por corrupto, le exige a esta que lo ayude a conservar su trabajo.

Segundo acto

En esta parte de la obra se nos presenta una Nora más familiar, preocupada por sus hijos, y agradecida con su nana por haberla cuidado durante todos estos años.

Se presenta la oportunidad de una exquisita velada, un evento social que todos disfrutaban al asistir, y más aún, era una importante ocasión que los invitaran a la casa del cónsul, y su esposo decidió de inmediato, que ella se disfrazaría y hasta que bailaría una canción. Es al prepararse para esta reunión, que Cristina mientras la ayuda con su traje, le cuestiona sobre el dinero que ella había conseguido.

Mientras tanto, Nora recuerda su conversación con el abogado corrupto y trata de interceder por él frente a su marido, con sus poses de niña mimada, pero nada resultó como esperaba, ya que para su sorpresa, él le dice que es su amiga Cristina quien lo suplirá en el puesto de trabajo.

Todo se complica

Es en ese instante que su esposo envía con urgencia la carta donde le notifica a Krogstad sobre su despido, lo que le cayó muy mal a su esposa, e hizo que su preocupación se elevara, y en un acto de desesperación le suplica a su marido que desista de la idea, pero este no se inmuta y le dice, de manera condescendiente que solo se preocupe de su baile para la fiesta.

De pronto llega el Doctor Rank, quien desde la enfermedad de su marido se ha vuelto un visitante frecuente del hogar de la pareja, el cual le confiesa su amor a la sorprendida Nora, y le pide que lo ponga a prueba, ella lo piensa y le dice que tal vez podría necesitar un favor especial de su parte.

En ese preciso momento llega de nuevo el indeseable abogado Krogstad, y le dice a Nora en un gesto de orgullo y superioridad, que va a ser él quien va a ocupar la dirección del banco y no Torvaldo, ya que tiene una carta donde le explica toda la mentira con lujo de detalles, le dice en esta misiva los detalles de la falsificación de la firma del documento para obtener el dinero.

Ante estas terribles palabras, Nora se apresura a decirle que juntará la cantidad que le debe y le pagará por el favor que le hizo en el pasado, pero Krogstad se niega, quiere sacar el mayor provecho posible de la situación, incluyendo un mejor trabajo y elevar su calidad de vida.

Nora lo escucha pero no le dice nada más, y ve con desesperación que coloca la carta en el buzón en su camino de salida de la casa. Su amiga Cristina descubre que es este peligroso hombre quien prestó el dinero a su amiga, comprende que debe estar en un estado de desesperación y trata de tranquilizarla.

Torvaldo está ajeno a todas esas intensas emociones que están a su alrededor y solo piensa en lo hermosa que se verá su esposa en la futura velada, se encuentra un poco desilusionado de no verla con su traje, se dirige a revisar el correo, ella le suplica que la ayude con su presentación antes de hacerlo, él accede a ayudarla y ensayan su baile.

Luego de la práctica, Nora le dice a su esposo que espere hasta después de su reunión para abrir el correo, y con la ayuda de Cristina y el doctor Rank lograr que Torvaldo acepte el trato, por lo que Nora le regala el mejor de los abrazos.

Tercer acto

Cristina da un giro insospechado a la historia, ya que se vale de su oscuro pasado como amante de Krogstad para convencerlo de que ella ha regresado por que quiere estar con él, y si la acepta, volver a estar juntos y compartir sus vidas.

Al oír estas palabras el hombre se va feliz, ya no se siente menospreciado, y por un momento se le olvida su propósito de hablar con Torvaldo, sobre el comportamiento de su esposa.

Luego de esto, llega la feliz pareja de la fiesta en la casa del cónsul, y Torvaldo se sorprende de ver a Cristina, pero no le da importancia a su presencia allí. Cristina le dice a Nora que considere decirle la verdad a su marido, para evitarse más problemas, pero ella no acepta el consejo.

El doctor Rank viene de visita luego de la fiesta, un poco pasado de copas, conversa con la pareja, se ríen comparten los pormenores de la reunión, al doctor se le ve muy alegre y hasta misterioso, se despide con una sonrisa.

Pero la realidad ataca de golpe y Torvaldo le dice a su esposa que va a ir a revisar el correo, al hacerlo encuentra primero una carta del doctor Rank que tiene una cruz sobre su nombre, Torvaldo no le presta atención a esto, a lo que su esposa lo acusa de insensible, luego se dirige a su despacho para leer la parte de la correspondencia que le falta.

La pareja se despide tiernamente con un beso y las buenas noches, pero esta felicidad no duraría mucho, ya que, después de leer una carta en especial, decide, en un arrebato de furia y decepción, enfrentar a su esposa.

La reacción de Torvaldo

En medio de un mar de reclamos, Torvaldo insulta a su esposa, y le dice que debido a la crianza que le dio su padre esta se ha convertido en una mentirosa, que con sus intrigas lo ha involucrado en un problema que lo desprestigiará y debe ahora someterse a los deseos de un ser ruin y deshonesto, que para colmo de males lo acaba de despedir.

Por si fuera poco, el iracundo esposo le asegura a Nora que, de ahora en adelante, las cosas cambiarán porque solo seguirán juntos para cubrir las apariencias. Prohibiéndole que eduque a sus propios hijos, ya que su actitud ha sido a todas luces, inapropiada y totalmente reprochable.

Entre tanto, llega una carta que produce en Torvaldo un cambio evidente y sorpresivo, ya que después de haber estado vociferando contra todos y lamentándose de su infortunio por culpa de su mujer, ahora daba gritos de emoción gritando: Estoy salvado!. Actuando como un loco, quema todo el correo, ya que la única carta que le interesa es la que le ha traído una buena noticia.

Le dice a su esposa muy contenta que le perdona cuanto ha sucedido por su culpa, pero para su asombro, la respuesta de su esposa lo dejó inmóvil, ya que le agradecía su perdón, pero eso no era suficiente, y le pide que escuche lo que ella tiene que decir.

El hombre, estupefacto, trata de escuchar el razonamiento de su esposa, quien le recrimina que parte de lo sucedido se debe a que siempre le trataron como un objeto más que como una persona, que piensa y siente, que tiene la capacidad natural de tomar sus propias decisiones, según su perspectiva y su código moral, el cual también debería ser válido, tanto como lo es el de los hombres. Luego de exponer sus ideas, Nora tiene la firme intención de marcharse del hogar.

Nora decide marcharse

Su esposo trata de hacerla cambiar de opinión, diciéndole todo lo que según él ella debería hacer, le argumenta que si se va de casa y lo deja estaría faltando a su sagrado deber, el cual consiste en cuidar de su esposo y de sus hijos. Ella trata de explicar que lo que acaba de suceder le ha abierto los ojos, y que quiere tenerse a sí misma como prioridad.

Las razones que le explica su esposo no le importan mucho, la sociedad y la religión no la han ayudado nunca a sentirse bien, como un ser completo que puede valerse por sí misma. En un último intento de quitarle estas ideas de la cabeza, el pobre Torvaldo apela al sentimentalismo, y le reclama, desde la pose de víctima, que ha dejado de amarlo. A lo que de manera un poco sombría, ella le responde, «es que no eres el hombre que yo pensaba!».

De pronto, Nora, se dio cuenta que en todos estos años solo había logrado tener una familia de apariencia, donde su opinión poco era tomada en cuenta, y que en un momento su perfecta vida se quebró, al descubrir que a su marido solo le importaba lo que pensaran de él y de la linda muñeca que lo acompañaba.

En su reflexión Nora pensó, que luego de ocho años de matrimonio, se había sentido siempre como la muñeca de un extraño, y que ella a su vez tenía tres hijos que representaban sus propias muñecas. En la escena final, después de hacer esta extraña reflexión, y ante la impotencia que sentía su esposo, al enfrentar por primera vez una situación donde no podía controlar a su esposa, Nora da un portazo y se va del hogar.

Análisis

En el análisis que realiza Ibsen en esta obra nos deja plasmado que según él, los códigos de moral que existen en la sociedad, son diferentes y conscientemente injustos casi siempre para la mujer, donde el hombre tiene más libertad de acción según lo que él considere que es correcto, según sus propios valores y contando con un arsenal de argumentos para cuando llegue a ser increpado por realizar actos poco aceptables desde el punto de vista moral y de las buenas costumbres.

Siguiendo con esta idea expresada por el autor, la mujer en la sociedad ve limitada su capacidad de acción, visión y desarrollo por un modelo de conducta pensado por hombres y por el cual será juzgada según se adapte o no a este concepto absurdo, donde se le impide ser ella misma, para satisfacer una sociedad evidentemente masculina.

Rol de la mujer

Para el personaje protagonista femenino, es difícil no tener un comportamiento parecido al de una muñeca, pues debe cumplir con las leyes y las premisas sobre moral pensadas por hombres, sin tomar en cuenta en ningún momento su punto de vista, justificado o no.

Para la época en que se dio a conocer esta obra, año 1879, provocó polémica, ya que la crítica al orden preestablecido, no resultó muy agradable para una sociedad que creía tener el deber de fomentar que las mujeres debían ser sometidas, a pesar de su capacidad e intelecto, bajo un manto de moralidad y escrúpulos que el hombre podía manipular a su conveniencia. La sola idea de que una mujer actuará sin la autorización de su marido, era motivo de acaloradas discusiones y juicios nada equitativos para las féminas.

En Casa de muñecas vemos un relato donde de entrada nos pintan una hermosa y muy estable familia, donde los esposos tienen un determinado papel en su comportamiento según lo dictamine la sociedad y el qué dirán, hasta que, por caprichos del destino, los arropa una situación donde la dulce, dócil y aniñada Nora, la esposa siempre consecuente a las opiniones de su marido, debe actuar a sus espaldas en virtud de mantener el bienestar familiar.

Este momento abre en su vida un sin fin de grietas en el piso de su perfecta y alegre familia, de donde comienzan a emerger pensamientos de preocupación y miedo, primeramente de estar haciendo lo correcto, de que su cuestionable acción no fuese descubierta por nadie y luego de frustración ante la incomprensión de su marido por lo que había hecho.

El desenlace es el esperado en este tipo de situaciones, ante la realidad de lo que pasó, cada quien valora según su propia comodidad, conveniencia y perspectiva, lo que ha sucedido, y como dicen, siempre es mejor juzgar a otros y culparlos por todo cuando los resultados no son los esperados.

Crítica social

Ibsen nos presenta el retrato de una sociedad decadente donde una mujer, esposa y madre, decide apelar a un recurso retorcido, un fraude financiero, que salvará a su familia de un percance momentáneo y mantendrá su nivel de vida de lujos y privilegios a los que están acostumbrados. Este oscuro episodio genera todo un mar de controversias, ya que el otro involucrado en el engaño quiere sacar provecho de la situación, y al verse obligada a decir la verdad, el marido la juzga de manera implacable, diciéndole mentirosa, y tratándola como al peor de los seres.

Es aquí que nuestro personaje femenino cambia, en función a los hechos ocurridos, y por primera vez en su vida, decide no seguir siendo un bello adorno con una actitud conveniente, para la sorpresa de su marido y de toda una sociedad a la que esta conducta le parece reprochable e inaceptable.

En su momento, la obra Casa de muñecas, fue muy controversial, ya que en algunos de los países donde se dio a conocer, funtamentalistas la tildaron de profana, escandalizándose de que al final su protagonista femenino representaba un mal ejemplo, un ataque a los cimientos familiares de la época, donde se debía ser como una muñeca.

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Personajes

La casa de muñecas es una obra teatral, está inspirada en una crítica a los conceptos socialmente correctos aceptados por la mayoría de las personas para la época. Tiene personajes fáciles de describir, los cuales causan diferentes emociones en el lector, y hacen que se produzcan consideraciones reales sobre cuestiones tan importantes como el rol que tiene la mujer en la sociedad y los límites que esta le marca a su forma de pensar y actuar.

Nora

Es el punto focal de la historia, en ella se centra la intención del autor de generar controversia, al darle al personaje femenino un carácter despreocupado al principio, pero que después evoluciona hasta convertirse en una mujer segura de sí misma y que quiere tomar las riendas de su vida.

Inicialmente Nora se muestra como una mujer superficial, según su forma de pensar, la clase social es un factor importante en el cual se basa su felicidad. En algunos casos se puede pensar que es un poco egoísta y que le gusta presumir de lo que tiene, un esposo dedicado y con un trabajo excelente, tres hijos maravillosos y en apariencia, una perfecta familia feliz.

Al final de la obra, Nora se ha enfrentado a situaciones que la han llevado a crecer como persona, cambiando su punto de vista, y donde se plantea la posibilidad de hacer un cambio de vida, donde ella pueda expresarse y vivir de manera independiente.

Helmer Torvaldo

Es el esposo de Nora, y es uno de los personajes principales de la historia. Podemos decir que Torvaldo es un hombre serio, responsable, trabajador, y que se ha dedicado a mantener la calidad de vida de su familia. Es el padre y jefe de familia, donde sus decisiones deben ser respetadas sin cuestionarse, porque solo él sabe que es lo mejor en cuanto al hogar y la familia.

Luego de caer enfermo por exceso de trabajo, y después de un muy costoso viaje de reposo, Torvaldo recibe una promoción en el banco donde trabaja, siendo esta una noticia la que desencadena toda una serie de acontecimientos, ya que le tocará soportar que su fabulosa vida cambie de manera drástica.

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Cristina

Es una mujer segura de sí misma, le ha tocado sufrir mucho y ha sido víctima de las circunstancias que la han forzado a tomar malas decisiones. En la obra aparece cuando está en un mal momento económico y también personal, lo cual la acerca nuevamente a una buena amiga que hace mucho tiempo que no ve, pero que ella está segura que la puede ayudar; esa persona es Nora.

Resulta que Cristina no sólo encuentra a su amiga de hace años, sino que por ironías del destino, se topa también con un antiguo amante, un abogado de nombre Krogstad.

Krosgtad

Es un abogado de dudosa reputación, un hombre al que le ha sido difícil surgir y mantenerse en una sociedad que cada día es más exigente. Este hombre conoce a Torvaldo desde hace años, y en su mente está un poco envidioso de lo que este tiene, y en el fondo se siente resentido y con ganas de obtener a como de lugar, lo que considera que merece.

En su vida no se ha comportado del todo honesto, y es precisamente esta actitud despreocupada la que lo impulsa a participar en un fraude, propuesto por una dama de sociedad en apuros, que le da la oportunidad de sacar provecho de manera rápida y cambiar su situación sin tanto esfuerzo.

Acerca del Autor

Casa de muñecas es una obra teatral escrita por Henrik Ibsen, (1828 – 1906), de nacionalidad Noruega, es considerado como uno de los escritores pioneros en el género de la dramaturgia, influyendo con sus obras en el ambiente artístico de su entorno social, donde sus críticas al trato hacia la mujer le valieron un lugar destacado en la literatura, especialmente en el drama realista contemporáneo.

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