Como agua para chocolate es una obra publicada por primera vez en el año 1989. Es la primera novela de Laura Esquivel, una novela de entregas mensuales con recetas, amores, y remedios caseros, se transformó en un éxito de ventas en México, país nativo del autor. Se ha traducido a muchos idiomas, y la versión en inglés tuvo un éxito similar en los Estados Unidos. Si deseas conocer más acerca de esta obra continua leyendo este articulo…
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Como agua para chocolate
En la obra Como agua para chocolate, la narradora cuenta la vida de su tía abuela, Tita De la Garza, quien vive en el norte de México a comienzos del siglo XX. Los doce capítulos de la novela, escritos uno por mes en forma de diario, conmemoran los detalles de más de dos décadas de la vida de Tita, a partir de 1910, cuando tiene quince años, y concluye con su muerte a los treinta y nueve.
Cada capítulo asimismo incluye una receta que Tita prepara para su familia durante este período. Luego de que su madre se niega a permitirle casarse con el hombre que ama, Tita conduce sus frustrados deseos en la creación de deliciosas comidas que frecuentemente poseen efectos extraños en su familia. A través de la expresión de su arte culinario, Tita aprende a lidiar con sus dificultados y finalmente liberarse del dominio de su madre.
Análisis de como agua para chocolate
La historia de Como agua para chocolate, se puede dividir en las historias de dos mujeres, Tita De La Garza y su madre, la formidable Mama Elena. El recorrido de su lucha entre sí es el eje en torno al cual gira toda la novela. Tita, la protagonista, lucha por el amor, la libertad y la individualidad, y Mama Elena, la primordial antagonista, se constituye como la principal obstrucción al cumplimiento de estos objetivos.
Esta relación madre-hija está atribuida de problemas desde su inicio, cuando Tita es traída al mundo prematuramente luego de la repentina muerte de su padre. Mamá Elena es lo contrario a una criadora, nunca formó ningún vínculo con Tita. Tita desarrolla una relación con la comida que le da el poderío de nutrir y dar salida a sus emociones. Al igual que con la gran parte de los emparejamientos literarios, Tita y Mama Elena comparten una particularidad central que define sus luchas individuales y sus conflictos entre sí. (ver artículo:El gato negro)
La revelación de que Mamá Elena toleró los dolores del amor perdido es un complemento temático significativo de la privación de Tita. La reacción de cada mujer a su realidad ayuda a proyectar sus diferentes personajes. Mientras que Mamá Elena deja que la pérdida del amor la convierta en una madre deplorable y dominante, Tita, mientras cumple las órdenes de su madre desde el exterior, se implica en una lucha por el amor de toda la vida, que posteriormente gana con la fuerza del espíritu.
La estructuración de “Como agua para chocolate”, como una novela en cuotas mensuales con recetas, romances y remedios caseros, establece el filtro a través del cual el lector apreciará el mundo de la novela. Al igual que Tita, cuya comprensión de la vida está basada en la cocina, el lector debe indagar el trabajo a través del papel y el poder de los alimentos, guiado por las recetas que inician cada capítulo.
La segmentación de la novela en cuotas mensuales, junto con el hecho de incluir las recetas y los recursos en el tejido de la narrativa, marca el hecho de que la novela brinda oportunidades sustanciales para el análisis feminista. Además de servir como un principio de organización central, la comida es frecuentemente una causa directa de malestar físico y emocional, y funciona como un medio a través del cual las emociones logran transmitirse.
Tita prepara la mayor parte de la comida en la novela, y la utiliza para expresar sus emociones porque su humilde estatus cultural no le ofrece otra oportunidad de hacerlo. El vómito y el mal humor en la boda de Rosaura son el efecto de que los invitados comieron el pastel que lleva las lágrimas de Tita. Igualmente, el frenesí sexual que obliga a Gertrudis a dejar el rancho se debe a la transmisión de la pasión de Tita por Pedro en el plato que prepara para la cena. Estos incidentes insinúan una mercantilización paralela e incontrolable de la emoción.
La comida es una fuerza intensa en el mundo de la novela, y le permite a Tita afirmar su identidad. Imágenes de calor y fuego empapan la novela como expresiones de crecida emoción. Debido a que el calor es el catalizador que hace que los alimentos aprecien cambios químicos, en varios de los momentos en que se preparan los alimentos están presentes oleadas fundamentales. En la ciencia de la cocina, el calor es una fuerza que debe utilizarse con precisión.
La frase del título de la novela «como agua para chocolate», se refiere al hecho de que el agua debe estar al borde de la ebullición varias veces antes de que esté lista para utilizarse en la elaboración del chocolate caliente. No obstante, el calor de las emociones, no puede ser tan controlado. El calor es un símbolo del deseo y del amor físico en toda la obra, como por ejemplo en la huida de Gertrudis desde el rancho, la lujuriosa mirada de Pedro a Tita en la ducha; y la muerte postcoital de Pedro, entre muchos otros casos.
El fuego interno del individuo compone un tema significativo en la novela, y gran parte de la lucha de Tita se concentra en cultivar este fuego. Estos usos del fuego apuntan hacia una dualidad en su simbolismo, como una fuente de fuerza y una fuerza de destrucción. El ajuste de la muerte y el deseo que se origina cuando se libera el amor entre Tita y Pedro simboliza esta dualidad. En la obra, Esquivel, su autora, extiende los temas míticos religiosos del realismo mágico al mundo habitual del reino doméstico de una familia dominada por mujeres.
Aunque no es una historia de las batallas, grandes figuras y desafíos morales habitualmente asociados con la forma épica, Esquivel realza esta historia de mujeres, y una mujer en específico, a tales proporciones. Esta táctica lleva al lector a investigar las propiedades feministas de “Como agua para chocolate”, que son indudables en las descripciones de la lucha de Tita para conseguir la independencia y desarrollar su identidad, y también en el hecho de que esta lucha se representa en absoluto.
Al crear este elenco de personajes basados en las mujeres, Esquivel percibe un mundo en el que los hombres están físicamente presentes solo de vez en cuando, aunque el legado del sexismo y el confinamiento de las mujeres en la esfera doméstica permanecen. Esquivel no brinda a sus lectores la visión de una hermandad utópica, sino más bien una visión de la forma en que las mujeres están limitadas por estándares de propiedad social perpetuados por otras mujeres. (ver artículo:El corazón delator)
Personajes
El punto de vista único de Como agua para chocolate ayuda a transmitir el significado de la narrativa. Esperanza, la sobrina de Tita De la Garza, halla el libro de cocina de su tía en las ruinas del rancho De la Garza. Mientras prepara las recetas en su propia casa, pasa las historias familiares a su hija. Su hija se convierte en la narradora de la novela, ya que junta las recetas, los remedios y las experiencias de su tía abuela en un solo libro. Entre los personajes de la obra podemos describir a los siguientes:
Tita: Es la protagonista de la novela, y es la hija más joven de Mama Elena, quien tiene negado casarse con alguien, para que ella sea libre de atender a su madre más adelante en la vida. La novela sigue la vida de Tita desde el nacimiento hasta la muerte, centrándose esencialmente en su torturada relación con Pedro, y en su lucha y éxito final en la búsqueda del amor y la individualidad.
Mama Elena: la matriarca tiránica y viuda del clan De La Garza, Mama Elena es el origen principal del sufrimiento de Tita. Su naturaleza feroz inspira miedo en sus tres hijas. Aleja a Tita de su verdadero amor, Pedro, y luego se revela que Mamá Elena, una vez, sobrellevó un amor perdido, que la amargó por el resto de su vida.
Pedro: el verdadero amor de Tita y el eventual padre de Roberto y Esperanza. Mamá Elena le prohibió el matrimonio a Tita y admite casarse con Rosaura, despedazando el corazón de Tita. No obstante, él afirma su amor perpetuo por Tita a lo largo de la novela y la persigue en secreto. Pedro muere luego de que él y Tita posteriormente se unen alegremente mientras hacen el amor al final de la novela.
Rosaura: La segunda hija de Mamá Elena, Rosaura se casa con Pedro, para desilusión de Tita. Rosaura abandona el rancho cuando Mamá Elena los envía a ella ya Pedro a San Antonio para conservar a Pedro y Tita separados. Su primer hijo, Roberto, muere de pequeño; su segunda hija, Esperanza, la cual también tiene impedido como Tita de casarse, se casa con Alex luego de que Rosaura muera.
Gertrudis: la hija mayor de Mama Elena, Gertrudis escapa del rancho luego de reaccionar misteriosamente a una de las recetas de Tita. Ella se escapa con un soldado rebelde, que trabaja en un burdel en la frontera México-Texas, y eventualmente regresa al rancho como general en el ejército revolucionario. Casualmente se revela que Gertrudis es la descendencia de un romance confidencial extramatrimonial entre Mama Elena y su verdadero amor, un hombre mulato.
Dr. John Brown: un médico norteamericano que se preocupa por Tita cuando percibe una crisis y el padre de Alex. John posteriormente se enamora de Tita y ayuda a restablecer su alma, revelándole la naturaleza del fuego que vive en cada individuo. Tita se compromete con él, pero posteriormente le niega el matrimonio para perseguir a Pedro.
Nacha : la cocinera del rancho, de origen indígena no detallado, Nacha es la principal cuidadora de Tita durante toda su infancia, y le ofrece el amor y el apoyo que Mamá Elena no puede ofrecer. Asimismo es la fuente de la mayoría de las recetas de la novela. Nacha muere el día de la boda de Rosaura, pero vuelve a lo largo de la narrativa como una guía espiritual para Tita.
Chencha: La criada del rancho, igualmente de ascendencia indígena, Chencha posee una habilidad un tanto voluble. Ella se convierte en la compañera de Tita en la cocina luego de la muerte de Nacha.
Roberto: El primer hijo de Rosaura y Pedro, Roberto muere en Estados Unidos luego de que lo alejaran del cuidado de Tita.
Esperanza: El segundo hijo de Rosaura y Pedro, y la madre del narrador de la novela. Ella es criada por Tita en la cocina. Su matrimonio con Alex destroza la tradición de la familia De La Garza que no admite el matrimonio de las hijas más jóvenes.
Alex: Es el hijo del doctor John Brown y el padre del narrador, el cual se casa con esperanza.
Como agua para chocolate y el realismo mágico
Como es particular para el género del realismo mágico, Como agua para chocolate desdibuja la línea entre la realidad y lo maravilloso. En la novela, cuando las emociones se cohíben o se intensifican, las acciones y los hechos cotidianos se transforman en hechos sobrenaturales. El ejemplo más central es la capacidad mágica de Tita para intervenir en su cocina con su estado emocional actual. Mama Elena castiga a Tita por expresar emociones, por lo que el poder milagroso de Tita le da a sus sentimientos un espacio para vivir e impactar a otros.
Clave para las normas del género, los personajes no están asombrados por los acontecimientos sobrenaturales y, de hecho, puede que ni siquiera los noten. De hecho, lo sobrenatural en la novela frecuentemente actúa de forma revoltosa pero sin la intención de los personajes. La habilidad mágica de Tita sucede sin ninguna intención y no está claro si ella es juiciosa de ello. Lo magico igualmente permite que la mente y el alma impacten al cuerpo en maneras científicamente misteriosas.
Por ejemplo, Tita desarrolla un embarazo fantasma mientras siente una increíble vergüenza y culpa por su aventura con Pedro. Debido a esto, lo magico en la novela se enreda con el subconsciente del personaje, formulando lo que los personajes mismos no solo no pueden sino que no logran reconocer. El realismo mágico, en pocas palabras, es la unión de lo fantástico con lo terrenal. Escritores como Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez e Isabel Allende, por señalar algunos, son conocidos por el uso de este estilo en sus escritos. (ver artículo: Estudio en Escarlata )
En Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, la novela inicia con el nacimiento de Tita en una corriente literal de lágrimas de madres. Más tarde, las emociones de Tita se muestran en cualquiera que disfrute de sus comidas: las lágrimas de Tita en la mezcla de tamales hacen que todos se enfermen fuertemente en la boda de Pedro y Rosaura, el deseo de Tita por Pedro se traslada a su codorniz en salsa de pétalos de rosa, y como consecuencia, Gertrudis prende fuego a la ducha de la casa.
Entonces, qué esto hace que sea el realismo mágico y no solo fantasía se puede notar en los personajes, aunque son los más concluyentemente impactados por estos sucesos escandalosos y mágicos, no reaccionan con asombro. De hecho, a veces estos momentos son tan fantásticos que bordean el humor, inclusive cuando el contexto es trágico.
En una escena podemos ver a Tita, que está siendo echada por el Dr. Brown luego de su crisis nerviosa. Detrás de ellos está la manta extraordinariamente larga que ella ha tejido en su dolor por haber perdido a Pedro con su hermana, y luego haber perdido al hijo de Pedro, al que había cuidado hasta el final, sin embargo, nadie reacciona a la manta.
Película
Como Agua Para Chocolate se estrenó como película en el año 1992 con un estilo de realismo mágico basada en la popular novela, divulgada en el año 1989 por la novelista mexicana Laura Esquivel. Consiguió diez Premios Ariel, incluyendo la Mejor Película, y fue nominado para un Premio Globo de Oro a la Mejor Película en Lengua Extranjera. La película se volvio la película en español de mayor recaudo jamás lanzada en los Estados Unidos en ese período.
La película fue elegida como la entrada mexicana a la Mejor Película en Idioma Extranjero en la edición 65 de los premios de la Academia, pero no fue admitido como un candidato. La película en sí misma abraza con entusiasmo la noción opuesta, demostrando una cálida historia de amor que se quema lentamente y nunca pierde su propia llama original y radiante. «Como agua para chocolate» crea su propio mundo intenso de pasión y romance, y añade un poco de comedia y un montón de recetas con codornices, ajo, miel, chiles, cilantro, pétalos de rosa y harina de maíz.
Se lleva a cabo en una ciudad fronteriza mexicana, cerca de 1910, donde una joven pareja llamada Tita y Pedro están intensamente enamorados, pero nunca se van a casar. Mamá Elena, la temible madre de Tita, lo impide. Ella ve el deber de su hija menor de permanecer siempre en casa y cuidarla. Tita tiene el corazón roto, esencialmente cuando Pedro se casa con Rosaura, su hermana mayor.
Pero existe un método para la traición de Pedro. Durante un baile en la boda, le susurra al oído a Tita que realmente se ha casado con Rosaura para estar siempre cerca de Tita. Él todavía la ama solo a ella. Llorando de tristeza y alegría, Tita prepara el pastel de bodas, y mientras sus lágrimas se juntan con el azúcar granulada, la harina del pastel tamizado, los huevos batidos y la ralladura de limón, transforman el pastel en algo llamativo que hace que todos los invitados al banquete para comenzar a llorar ante lo que debería ser motivo de alegría.
La película es contada por la gran sobrina de Tita, quien describe cómo, a través de los años, la cocina de la tía Tita produce milagros aún más asombrosos. Cuando Pedro le da una docena de rosas rojas, por ejemplo, las prepara con codornices y miel, y la receta es tan estimulante que todos los que están en la mesa se despiertan, y el humo sale de las orejas de la hermana del medio, Gertrudis. Ella camina a la casa de huéspedes, que se incendia, y luego, arrancando sus ropas en llamas, es arrastrada a la silla de un bandido que pasa.
Frases
Esta obra deja muchas frases que hoy en día sus lectores recuerdan con mucho cariño, ya sean parte de monólogos de ciertos personajes o del narrador. Entre estas frases podemos mencionar las siguientes a continuación:
«Cada uno de nosotros nace con una caja de cerillas dentro de nosotros, pero no podemos atacarlos a todos nosotros mismos»
“No tienes que pensar en el amor; o lo sientes o no lo sientes «.
«Necesitamos una respuesta en este momento, el amor no se piensa, se siente o no se siente».
«La verdad es que la verdad no existe, todo depende del punto de vista».
“Fue muy agradable saborear su aroma, ya que los olores tienen el poder de evocar el pasado, devolviendo sonidos e incluso otros olores que no tienen rival en el presente. -Tita ”
“Tita supo a través de su propia carne cómo el fuego transforma los elementos, cómo un trozo de harina de maíz se transforma en una tortilla, cómo un alma que no ha sido calentada por el fuego del amor no tiene vida, como una bola inútil de harina de maíz.”
«Hay algunas cosas en la vida que no deberían recibir tanta importancia, si no cambian lo que es esencial».
«Pero en ciertos casos es más digno de llevar a cabo un impulso ciego, provocado por un gran amor, que se oponen a él».
“El más elemental de los buenos modales. . . en una reunión social no se trata el tema de las personalidades, los temas tristes o los hechos desafortunados, la religión o la política”.
“No me importa lo que hiciste, hay algunas cosas en la vida a las que no se les debe dar tanta importancia, si no cambian lo que es esencial. Lo que me has dicho no ha cambiado mi forma de pensar; Le diré una vez más, me delegaré para que sea su compañero por el resto de su vida, pero debe pensar con mucho cuidado si soy el hombre para usted o no».
“Lo que me ha dicho no se ha convertido en el compañero de toda la vida, pero también se ha dicho qué me gustaría”. Si tu respuesta es afirmativa, celebrarás la boda dentro de unos días. Si no, seré el primero en felicitar a Pedro y pedirle que dé el lugar que mereces»
Editorial
La escritora y autora es de origen mexicano. Nació el 30 de septiembre de 1950 en la Ciudad de México. Esquivel empezó a escribir mientras trabajaba como maestra de educación preescolar. Escribió obras para sus alumnos y luego escribió programas de televisión para niños durante los años setenta y ochenta.
Esquivel frecuentemente explora la relación entre hombres y mujeres de México en su trabajo. Ella logro ser reconocida finalmente por su obra “Como agua para chocolate” lanzada en el año 1990, la cual es una combinación imaginativa y categórica de una novela y libro de cocina, la cual había sido lanzada en México un año antes. Luego del lanzamiento de la versión cinematográfica en 1992, Como agua para chocolate se hizo mundialmente conocida y querida luego de esto. El libro ha vendido aproximadamente más de 4,5 millones de copias en todo el mundo.
El libro inicialmente fue lanzado con la editorial Doubleday, la cual es una editorial fundada como “Doubleday & McClure Company” en el año 1897. Luego en 1947 fue la editora más grande de los Estados Unidos. Posteriormente la obra paso a ser impresa a manos de la editorial “Perfection Learning”, la cual fue fundada por dos educadores en el año 1926, esta editorial brinda soluciones curriculares reformadoras y de alta calidad para escuelas en todo el país y a nivel mundial. (ver articulo: Lazarillo de Tormes )
Resumen de como agua para chocolate
La obra es de un estilo que es épico pero muy particular en su enfoque, Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, cuenta la historia de Tita De La Garza, la hija más joven de una familia que vive en México a fines del siglo XX. A través de doce capítulos, los cuales salieron en cuotas mensuales, y por lo tanto, etiquetado con los meses del año, nos enteramos de la lucha de Tita para encontrar el amor verdadero y exigir su independencia.
Cada entrega cuenta con una receta para iniciar cada capítulo. La estructura de Como agua para chocolate depende completamente de estas recetas, ya que los episodios principales de cada capítulo habitualmente implican la preparación o el consumo de los platos que producen estas recetas. Los detalles de las recetas secundarias añadidas se tejen a lo largo de la narrativa.
Como agua para chocolate, cuenta la historia de Tita De La Garza, la hija más joven de una familia que vive en México a comienzos del siglo XX. El amor de Tita, Pedro Muzquiz, viene al rancho de la familia a pedir la mano de Tita en matrimonio. Debido a que Tita es la hija más joven, está prohibida por una tradición familiar afirmada por su madre tiránica, Mama Elena, para casarse. Pedro se casa con la hermana mayor de Tita, Rosaura, en cambio, pero le dice a su padre que solo se ha casado con Rosaura para estar cerca de Tita.
Rosaura y Pedro viven en el rancho familiar, brindando contacto con Pedro Tita. Cuando Tita cocina una comida especial con los pétalos de una rosa que le da Pedro, la todavía ardiente fuerza de su amor pasada a través de la comida, posee un efecto intenso en la segunda hija de Mama Elena, Gertrudis, quien es azotada a un estado lujurioso y huye del rancho en los brazos de un militar revolucionario. Mientras tanto, Rosaura da a luz a un hijo, que es entregado por Tita. Tita trata a su sobrino, Roberto, como si fuera su propio hijo, hasta el punto de que es capaz de producir leche materna para nutrirlo mientras su hermana no puede.
Al darse cuenta de que Roberto está aproximándose a Pedro y Tita, Mama Elena hace arreglos para que la familia de Rosaura se traslade a San Antonio. Esta separación arrasa a Tita. Poco tiempo después, llega la noticia de que Roberto ha fallecido, posiblemente debido a su expulsión de la atención de Tita. La muerte de su sobrino hace que Tita asuma una crisis, y Mamá Elena la envía a un asilo. El Dr. John Brown, un médico estadounidense local, se lamenta de Tita y la lleva a vivir a su casa.
Él pacientemente cuida a Tita para recobrar la salud, cuidando sus dolencias físicas y tratando de revivir su espíritu quebrantado. Luego de algún tiempo, Tita está casi bien, y ella decide nunca volver al rancho. Tan pronto como ella hizo esta elección, Mama Elena se lastimó en una redada de soldados rebeldes, lo que obligó a Tita a volver. Tita espera cuidar a su madre, pero Mamá Elena rechaza amargamente a Tita, la cual se niega a comer de la comida de Tita, alegando que está envenenado.
No mucho después, Mamá Elena es hallada muerta por una sobredosis de un medicamento fuerte que consumió por temor a envenenamiento. La muerte de Mamá Elena libra a Tita de la maldición de su derecho de nacimiento y acepta una proposición de compromiso de John Brown, de quien se ha enamorado. Mientras tanto, Rosaura y Pedro volvieron al rancho y tuvieron un segundo hijo, Esperanza. Seguidamente, la presencia de Pedro pone en juego el amor de Tita por John.
La noche en que John le pide oficialmente a Pedro que glorifique el matrimonio, Pedro acorrala a Tita en una habitación escondida y le hace el amor, tomando su virginidad. Poco después, Tita está segura de que está embarazada y sabe que tendrá que acabar su compromiso con John. El romance entre Pedro y Tita estimula el regreso de Mama Elena, que aparece en forma espiritual para maldecir a Tita y su hijo por nacer. Tita está alterada y no tiene a nadie en quien pueda confiar.
En medio de la desilusión de Tita, el esposo perdido de Gertrudis hace mucho tiempo vuelve al rancho como general en el ejército revolucionario, al mando de una unidad de cincuenta hombres. Tita está encantada con el retorno de Gertrudis, que es la compañera que busca. Gertrudis obliga a Tita a contarle a Pedro sobre el embarazo. Se entusiasma de las noticias, y embriaga con serenata a Tita desde debajo de su ventana. Indignada, el fantasma de mamá Elena vuelve, amenazando fuertemente a Tita y declarando que debe dejar el rancho.
Por primera vez, Tita se afronta a Mamá Elena y, con palabras enérgicas, expresa su autonomía, desterrando el espíritu de su madre, que se encoge de una presencia majestuosa en una pequeña luz ardiente. Mientras ella desaloja al fantasma, Tita se alivia paralelamente de todos sus síntomas de embarazo. La luz del fantasma de mamá Elena entra a través de Tita por la ventana y en el patio debajo de donde Pedro todavía se sienta, prendió fuego a todo su cuerpo. Después de rescatar a Pedro, Tita se consume cuidándolo y ayudándole a recobrarse.
John Brown vuelve de un viaje a los Estados Unidos y Tita le revela sus relaciones con Pedro. John reconoce que todavía desea casarse con ella, pero que ella debe resolver por sí misma con quién desea pasar su vida. Los años pasan, y el rancho concentra su atención en otra boda, esta vez entre Esperanza y Alex, el hijo de John Brown. Rosaura ha fallecido, liberando a su única hija, Esperanza, del impedimento que primeramente le había negado, como lo había hecho Tita, de casarse.
Con Rosaura muerta y Esperanza casada, Tita y Pedro en definitiva son libres de expresar su amor abiertamente. En su primera noche juntos, Tita y Pedro sienten un amor tan intenso que los llevan a un túnel que los llevará a la otra vida. Tita se vuelve, con ganas de continuar en la vida y enamorada de Pedro. Una vez que lo hace, se da cuenta de que Pedro ya ha cruzado.
Deseando desesperadamente estar con él, Tita intenta prender su fuego interno comiendo las velas que habían encendido la habitación hasta que se apagaron en el momento de la muerte de Pedro. Cuando logra recrear el clima de verdadera pasión, vuelve a ingresar en el túnel luminoso y se encuentra con Pedro en el mundo espiritual. La unión final de sus cuerpos y espíritus prende fuego a todo el rancho, y el único remanente que queda de su amor es el libro de recetas en el que Tita registró su conciencia.
Resumen por capítulos
La historia de Como agua para chocolate se sitúa en el norte de México durante la Revolución Mexicana, desde aproximadamente los años 1910 a 1920. Cada capítulo inicia con una receta en el libro de cocina de Tita, que ha sido heredado por el narrador de la historia, la sobrina nieta de Tita.
Capítulo 1: Enero
Como agua para Chocolate se abre con un poco de sabiduría de uno de sus temas centrales, la cocina. Mucho sabemos que para evitar las lágrimas cuando se cortan cebollas, uno sencillamente debe colocar una rodaja de cebolla en la cabeza. El llanto provocado por la cebolla literalmente empuja a la protagonista, Tita, al mundo, ya que nace en la cocina, llorando, en medio de los torrentes de las lágrimas de su madre.
Su madre, Mama Elena, no puede producir leche, debido al shock de la reciente muerte de su esposo, y en resultado, entrega a Tita casi de inmediato a la cocinera de la casa, Nacha, quien cría a la niña en la cocina. Rodeada por los colores, olores y prácticas de la cocina de Nacha, Tita crece concibiendo el mundo en términos de comida. Ella disfruta de su intimidad en el dominio de la cocina.
Fuera de la cocina, Tita sigue el severo régimen que Mamá Elena pone para sus hijas. La vida está llena de cocina, limpieza, costura y oración. Esta rutina es obstaculizada un día por el tímido anuncio de Tita de que a un pretendiente, Pedro Muzquiz, le encantaria visitarla. Mamá Elena saluda este anuncio con irritación, invocando la tradición de la familia De La Garza de que la hija más joven debe perdurar soltera para poder cuidar a la matriarca en la vejez de la madre. Tita está afligida por esta rígida tradición.
En apariencia, se somete a los deseos de Mama Elena, pero en privado discute la tradición familiar y conserva sus sentimientos por Pedro. Al día siguiente, Pedro y su padre llegan a la casa sin previo aviso para pedir la mano de Tita. Mamá Elena impugna esta propuesta de matrimonio. El atrevimiento que hizo Mama Elena por los sentimientos de Tita sacude a la familia, pero Pedro y su padre aceptan el acuerdo. Nacha, la doncella, dice haber oído a Pedro.
Le revela a su padre que ha aceptado el matrimonio con Rosaura porque es la única forma de estar cerca de Tita. No obstante, Tita no está consolada por el informe de esta admisión. Ni siquiera el rollo de Navidad, su comida preferida, puede curar a Tita de su tristeza. Ella es sacudida por una sensación de frío; para calentarse, reanuda el trabajo en una colcha, que había empezado a tejer cuando ella y Pedro comenzaron a hablar de matrimonio.
Capítulo 2: Febrero
La nefasta boda de Pedro y Rosaura tiene a la familia De La Garza en un enorme desenfoque de actividad. La cocina se consume con la preparación del pastel de bodas de Chabela, cuya receta inicia en este capítulo. El banquete de bodas demanda proporciones gigantes de comida, entre ellas 170 huevos para el pastel y 200 gallos para engordar y servir como capones. Nacha y Tita toman la mayor parte de este esfuerzo.
En shock por la situación y fatigada por el trabajo solicitado para preparar el banquete, Tita está repleta de alucinaciones. Mamá Elena declara rigurosamente que ella no hará que Tita arruine la boda. Tita sigue cocinando, pero posteriormente ella y Nacha están cerca del punto de quiebre. Cuando Mamá Elena sale de la cocina, Nacha anima a Tita a liberar sus emociones antes de la boda. Posteriormente capaz de expresarse, y Tita se rompe en infinitas lágrimas.
Más tarde, Tita casualmente se tropieza con Pedro en el jardín mientras recogía los albaricoques. Él deja claro que aún la desea, deseando explicarse; No obstante, Tita se niega a escucharlo. De vuelta en la cocina y fijándose en la blancura de la torta de hielo que está preparando, Tita se ve consecutivamente afectada por las alucinaciones. Nacha insiste en que Tita descanse un poco. Sola en la cocina, Nacha prueba el glaseado de la torta para ver si las lágrimas de Tita la han hecho salada.
Encuentra el sabor sin cambios, pero de repente se ve superada por una sensación de pérdida enorme. Ella recuerda su propio amor perdido y juvenil y se enferma con un dolor tan terrible que no puede ir a la boda. No obstante, Tita debe asistir a la boda y sufrir el intenso escrutinio de los invitados reunidos, todos los cuales conocen sus emociones por Pedro. Ella es asediada por sus comentarios y miradas fijas, pero conserva una apariencia estoica.
A medida que pasa por la línea de recepción donde los invitados felicitan a los recién casados, Tita se ve obligada a enfrentarse a Pedro, quien aprovecha la oportunidad para susurrarle que su amor por ella es perpetuo. Mamá Elena es testigo del abrazo inusualmente extenso y le pregunta a Tita sobre las palabras intercambiadas. Tita no revela lo que pasó, pero tiene miedo de las amenazas de Mama Elena y trata de conservarse alejada de Pedro y Rosaura. Tita pasa el resto de la boda en un gozo recién descubierto, disfrutando de la calidez de la confesión de Pedro.
Los invitados empiezan a comer el pastel de bodas, y todos quedan sometidos al mismo ataque de deseo y aullido que golpeó a Nacha antes. La angustia se acompaña de ataques de vómitos, y toda la fiesta de bodas está arruinada. Habiendo salido rápidamente después de comer un solo pedazo de pastel, Tita es la única persona para escapar del azote.
Su alegría por el amor de Pedro se ve amortiguada por el dolor físico de la feroz paliza que tolera a manos de Mama Elena, quien está segura de que Tita envenenó el pastel de bodas a propósito. Tita es incapaz de convencer a su madre de lo contrario y no puede buscar defensa en Nacha, quien es hallada muerta, agarrando un retrato de su amante perdido.
Capítulo 3: Marzo
La muerte de Nacha deja a Tita sola y sin confidente en el poderío de la cocina De La Garza. Adquiriendo el papel de cocinero de rancho, Tita se reanima preparando platos elaborados. Con una rosa que Pedro le dio secretamente a ella, Tita prepara las codornices en salsa de pétalos de rosa. La receta es de origen prehispánico, y es en la voz de Nacha que se divulgan los secretos. La comida recibe una respuesta poco usual de los miembros de la familia de Tita, principalmente Pedro, quien siempre complementa la cocina de Tita.
Un efecto más curioso se observa en Gertrudis, la segunda hermana. La comida le sirve como estimulante, despertando en ella un deseo sexual ávido. Esta emoción revoltosa vibra a través de Gertrudis y hasta Pedro. La propia Tita cruza una especie de experiencia fuera del cuerpo. A lo largo de la cena, Tita y Pedro se miran, fascinados. Cuando la comida está completa, Gertrudis va a preparar una ducha para deshacerse del sudor rosado y del perfume con aroma a rosas que emite.
La fuerza de su calor y su pasión, aún fuerte por la comida afrodisíaca, hace que el agua de la ducha vieja del rancho se evapore al contacto y, posteriormente, prenda fuego a la estructura. Huyendo desnuda de la ducha en llamas, Gertrudis es recogida en un caballo al galope por un militar en el ejército revolucionario, que fue atraído a la zona por su olor intoxicante. El soldado y Gertrudis se van. Incapaz de seguir el camino lujurioso de Gertrudis, Tita permanece en el rancho.
Capítulo 4: Abril
Una alegría imprevista llega a Tita con el nacimiento de Roberto, el hijo de Pedro y Rosaura. Tita trabaja febrilmente para cocinar una comida especial de bautismo. Mientras está en la cocina, ella tiene otro tropiezo casual con Pedro que perturba dramáticamente su relación. Un simple intercambio de miradas notifica las capas de deseo tácito entre ellas. Después de este tipo de «consumación», la fe de Tita en el amor de Pedro se restituye. Durante un flashback, el narrador recuerda el revoltoso nacimiento de Roberto mientras la aldea estaba siendo tomada por tropas federales.
No había ningún médico disponible en ese instante, por lo que Tita se quedó sola para ayudar a Rosaura a dar a luz al bebé. Durante el largo y dificultoso parto, a Tita la ayudó la voz espiritual de Nacha, guiándola en el delicado y peligroso procedimiento. Rosaura no produce leche y, por lo tanto, no puede alimentar a su hijo. Tita posteriormente asume la responsabilidad de cuidar a Roberto, al principio con tés especiales que él resiste. Una vez que le ofrece el pecho para pacificar a la niña, Tita manifiesta que está milagrosamente llena de leche y que puede alimentar a su sobrino.
Pedro descubre a Tita cuidando silenciosamente a Roberto y la ayuda a ocultarlo del resto de la familia, fortificando aún más el vínculo ilícito entre los dos. La astuta Mamá Elena siente algo entre ellos y se conserva decidida a mantenerlos apartados. Ella hace arreglos para que Rosaura, Pedro y el bebé Roberto se muden a San Antonio con el pretexto de buscar una mejor atención médica para Rosaura. Esta noticia devasta a Tita, quien detesta la idea de estar separada de su sobrino y del hombre que ama.
Capítulo 5: Mayo
A raíz de la partida de Pedro, a Tita la conmueven poco, pero atienden a una paloma que ha tomado como mascota. Ella se siente derribada e ignora sus deberes en la casa. Durante este tiempo, las tropas federales abordan el rancho. Mamá Elena se afronta a ellos con una escopeta escondida en sus aposentos y demuestra que es una oponente formidable cuando dispara a las gallinas que le han robado y las amenaza con su mejor tiro.
Cuando posteriormente les permite buscar en su propiedad, no hallan nada más que el gran palomar de Tita lleno de sus queridas palomas y pichones. Los soldados atrapan tantos pájaros como pueden y se van. Antes de la llegada del pelotón, Mamá Elena había escondido diestramente la mayoría de sus valiosos bienes y ganado, asegurándose de que el rancho no fuera completamente saqueado.
La ausencia de palomas y pichones aumenta la emoción de pérdida de Tita después de la partida de Roberto y Pedro. En medio de esta depresión, de San Antonio llegan noticias de que Roberto murió, incapaz de consumir otra cosa que la leche materna de su tía Tita. Cuando ella es reprendida por llorar a la niña, Tita arremete contra Mama Elena, gritando que ella es la culpable de la muerte del bebé.
Mamá Elena abofetea a Tita en la cara con una cuchara de madera, rompiéndole la nariz. Tita se retira a su palomar; Cuando Chencha intenta recuperarla, halla a Tita en un estado catatónico. Mamá Elena ordena a Tita que sea enviada a un asilo. El Dr. John Brown rescata a Tita del palomar y se la lleva. Cuando Tita se va, Chencha le da la enorme colcha que Tita ha estado haciendo a mano.
Capítulo 6: Junio
Bajo el cuidado afectuoso del Dr. Brown, Tita sale mansamente de su caparazón interno traumatizado. Primeramente, está retraída y paralizada, aún soporta la sensación de frío crónico del día de la boda de Rosaura y Pedro. Consecutivamente, empieza a comprender su nueva vida lejos del rancho asfixiante y Mama Elena. En la casa de John Brown se halla con una figura que le recuerda a Nacha.
Tita es visitada regularmente por la reconfortante figura de esta mujer silenciosa, que resulta ser el fantasma de la abuela de John, una nativa americana llamada Morning Light. Es de Morning Light que John obtuvo su interés en la ciencia y la medicina. Su casa está llena de experimentos que atraen a Tita. A lo largo de su estancia en la casa de John, Tita persiste en silencio. No obstante, crece un vínculo entre ella y John, ya que pasan mucho tiempo juntos.
John comparte con Tita una receta, la cual explica la teoría de que un fuego interno arde en cada persona y narra las formas en que uno debe proteger este fuego. Posteriormente, John le pide a Tita que escriba en la pared, con un palo que brilla en la oscuridad, su razón por la cual no quiere hablar. Cuando él vuelve, halla que ella ha escrito: «Porque no quiero». Con este testimonio de su voluntad, Tita prospera hacia su libertad y se asegura de que nunca desea volver a la casa de su madre.
Capítulo 7: Julio
Adecuadamente, con buenos cuidados finalmente se restaura la estabilidad de Tita. Visitando el rancho De La Garza, Chencha transporta su sopa de rabo de buey. Con una cucharada, Tita recuerda rápidamente el mejor momento de su vida, su juventud en la cocina con Nacha, donde gozó de muchas comidas y el amor de Nacha. Al llorar con Chencha, Tita recuerda y relata la receta de la sopa, la primera receta que ha podido recordar desde su declive.
Chencha trae noticias del rancho, donde ya no se emite el nombre de Tita, y una carta de Gertrudis, que vive y trabaja en un burdel. Tita le pide a Chencha que vuelva al rancho con la noticia de que Tita ha decidido nunca volver. Después de que Chencha se va, John Brown le propone matrimonio a Tita, quien, ahora totalmente recuperada, espera iniciar una nueva vida con él. Antes de que Chencha pueda llevar el mensaje de Tita a Mama Elena, un grupo de bandidos asalta el rancho.
Los bandidos violan a Chencha y golpean a Mama Elena, que estaba tratando de defender a Chencha, quedando parapléjica. Tita vuelve al rancho para cuidar a Chencha y a Mama Elena. Con la esperanza de ayudar a su madre a una recuperación completa, Tita prepara la misma sopa de rabo de buey que curó asombrosamente su propia enfermedad. Mamá Elena resiste el cuidado de Tita, humillada de que su hija despreciada haya vuelto. Tita está derribada, confiada en que su comida, preparada con tanto amor y cuidado, curaría a Mama Elena.
Pero Mamá Elena se niega a comer la comida de Tita, diciendo que seguro está envenenada. Mamá Elena solo deja que Chencha prepare y sirva su comida. Un día, cuando Chencha no está disponible, Tita prepara comida en secreto para Mamá Elena, pero Mamá Elena no se deja engañar y se da cuenta de esto. Detecta de inmediato el «sabor amargo» persistentemente presente en la comida de Tita. Furiosa, Mamá Elena despide a Chencha.
Incapaz de hallar a alguien más para satisfacer las exigentes necesidades de su madre, Tita finalmente se restablece en la cocina para Mamá Elena. Dentro de un mes, Mamá Elena fallece. La causa de sus dolencias y la muerte final se revela como dosis excesivas de ipecac, que es un medicamento que tomó cuando temía envenenarse, y no por la cocina de Tita. A pesar de la crueldad sin fin que soportó a manos de Mama Elena, Tita se siente muy desconsolada por la muerte de su madre.
Además, cuando viste el cadáver de Mamá Elena para la vigilia, Tita descubre un juego de llaves que abren una caja de cartas de amor. Las cartas revelan que de joven, Elena estaba intensamente enamorada de un hombre mulato. Sus padres impidieron esta relación y la obligaron a casarse con el hombre que se convertiría en el padre de Tita. No obstante, Mamá Elena continuó el asunto y posteriormente se quedó embarazada de Gertrudis.
Elena planeaba huir con su amante, pero él fue asesinado, así que cedió a su matrimonio sin amor y escondió la verdadera identidad del padre de su segundo hijo. Tita llora a Mamá Elena y este amor fracasado. En el funeral, ella jura que nunca renunciaría al amor. Se siente lista para admitir a John como su verdadero amor y compañero, pero su amor por Pedro aún perdura, creando tensión en su corazón. Ahora que Mamá Elena está muerta, y con ella el dictamen que impide a Tita casarse, Pedro está decidido a tener a Tita.
Capítulo 8: Agosto
La muerte de Mamá Elena libra a Tita de la miserable sentencia de su madre, y su delirio por casarse con John Brown se descarría solo por el nacimiento del segundo hijo de Rosaura, una niña, a quien Tita llama Esperanza. Tita adopta este nombre después de negarse a dejar que Pedro nombre a la niña Josefita, que es el nombre real de Tita. Tita escoge el nombre Esperanza, porque quiere que su sobrina, que es por defecto la hija más pequeña de Rosaura, se escape de la tradición familiar que impidió que Tita se casara.
Tita está íntimamente implicada en la crianza de su sobrina, ya que Rosaura está debilitada en cama debido a un parto difícil y no puede amamantar. Esperanza se cría en la cocina, al igual que Tita, y se mantiene con los mismos tés y sopas con que Nacha alimentó a Tita. Rosaura está bastante celosa por la cercanía entre Tita y el bebé. Un día, ella ratifica los temores de Tita, anuncia su intención de seguir la doctrina de la familia e impedir que se casen con Esperanza.
Este anuncio, mezclado con los esfuerzos de confrontación de Pedro para disuadir a Tita de casarse con John Brown, inculca una terrible rabia en Tita. Es con esta rabia que Tita prepara una comida llamada champandongo, que se servirá durante la visita de John para solicitar su mano en matrimonio. Mientras cocina, Tita experimenta un efecto de calor tremendo que agrava el calor de la cocina para crear un vapor penetrante. La ira impregna su cuerpo, y todo lo que la rodea la empeora.
Se dice que la sensación de Tita es «como el agua para el chocolate», en referencia a la elaboración del chocolate, durante la cual el agua se hierve diversas veces antes de usarla en la receta. El calor de la ira de Tita se eleva hasta que es repentinamente obstaculizada por la llegada de Chencha, quien volvió al rancho felizmente casada y lista para iniciar una nueva vida. El regreso de Chencha le permite a Tita tomarse un descanso de la cocina para prepararse para la llegada de John.
Se da una ducha en el baño al aire libre, que es un lugar nuevo construido en el mismo sitio donde ocurrió el episodio de la ducha de Gertrudis. En la ducha, la ira de Tita cede y el calor se disipa lentamente. No obstante, el agua de repente se calienta tanto que quema la piel de Tita. Ante el temor de que el baño regrese a estar en llamas, Tita abre los ojos y ve que Pedro está parado afuera de la ducha, mirándola atentamente, sus ojos irradiando lujuria. Tita huye de la ducha cuando Pedro se le acerca.
Juan llega durante esta conmoción. Antes de la cena, John y Pedro discuten sobre política, elevando la tensión. Cuando John solicita explícitamente a Pedro, ahora jefe de familia, por la mano de Tita en matrimonio, Pedro está de acuerdo a la fuerza. John le presenta a Tita un magnífico anillo de diamantes, lo que hace que el compromiso sea oficial. John se va esa noche a América para transportar de vuelta a su única tía viva para la boda.
Luego de la cena, se deja a Tita para limpiar la cocina. En una pequeña habitación de la cocina en la que mamá se bañaba, Pedro se afronta a Tita una vez más. Sin ninguna palabra, él la lleva a una cama en la habitación y le hace el amor, tomándola de su virginidad. Aunque Rosaura y Chencha ven las «plumas fosforescentes» y la extraña irradiación que viene de la habitación, se niegan a aproximarse, temiendo que la conmoción sea el fantasma de Mama Elena, que induce furia desde el otro lado.
Capítulo 9: Septiembre
Tita teme que haya quedado embarazada como efecto de su encuentro con Pedro. Ella ha perdido un período y sabe que tendrá que cancelar su compromiso con John Brown ahora que no es virgen. Ella está inquietada por estos pensamientos durante la elaboración del pan del Día del Rey. Esta receta particular evoca recuerdos de su infancia, esencialmente el cuidado amoroso de Nacha y la compañía de los desaparecidos Gertrudis.
Mientras Tita hornea el pan, Rosaura la visita para pedir la ayuda de Tita. Rosaura sufre de problemas estomacales que la hacen tener sobrepeso y le dan mal aliento y flatulencia, apartándola aún más de Pedro. John Brown le ha prescrito una dieta para aliviar su malestar, pero Rosaura le pide a Tita que le brinde más ayuda con su enfermedad y su matrimonio. Tita acepta ayudar a Rosaura, ofreciéndole una receta familiar especial para curar el mal aliento y brindando alimentos especiales para ayudarla a perder peso.
Al mismo tiempo, se siente calurosa por la buena energía que lleva a Rosaura a confiar en ella y desesperadamente culpable por su encuentro con Pedro, esencialmente porque Rosaura señala la rompimiento en su relación con Pedro la noche en que ella y Chencha vieron las llamas del «fantasma» de Mamá Elena. Tan pronto como Rosaura deja la cocina, el verdadero espíritu de Mamá Elena ingresa con un escalofrío. Ella regaña a Tita por su relación con Pedro y maldice al bebé que crece en el estómago de Tita. Chencha entra repentinamente, obligando al fantasma de Mamá Elena a huir. Tita está angustiada, pero no hay nadie a quien pueda acudir.
Esa noche, durante la fiesta celebrada para el festival de los Reyes Magos, Gertrudis vuelve al rancho. Ella galopa al lado del hombre que la arrasó en su caballo hace tantos años y un pelotón de cincuenta soldados. Ahora general en el ejército revolucionario, Gertrudis es una veterana de numerosas batallas, y el rancho pasa el resto de la noche escuchando sus historias imposibles. Tita está feliz por el retorno de su hermana perdida.
Capítulo 10: Octubre
El rancho está intimidado por la presencia de tantos huéspedes, ya que Gertrudis y su ejército persisten por más de una semana. Tita aspira compartir su problema con su hermana y finalmente reúne la fuerza para hacerlo. Gertrudis oye con calma la historia de Tita y le brinda un apoyo constante. Ella insta a Tita a hablar con Pedro sobre el embarazo. Al inicio, Pedro está feliz y quiere huir con Tita, pero luego recuerda a su familia, por lo que tampoco está seguro de qué se debe hacer.
Esa noche, el fantasma de Mamá Elena emerge, enojado por la vista de Pedro embriagando a Tita debajo de su ventana. El fantasma amenaza furiosamente a Tita, ordenándole que salga de la casa. Tita se enfrenta al fantasma, expulsándola con rigurosas palabras diciendole: «¡Sé quién soy! Una persona que posee el perfecto derecho a vivir su vida como le guste. De una vez por todas, déjeme en paz, no lo toleraré contigo! Te odio, siempre te he odiado!»
Esta declaración destierra el espíritu amenazador de Mamá Elena, que se encoge en una pequeña luz giratoria. En el mismo instante, Tita siente cambios en su cuerpo, se le calma la barriga hinchada, se le calman los pechos doloridos y suelta un flujo menstrual violento. Mientras tanto, la luz giratoria se ha transformado en una pequeña bola de fuego. Rompe a través de la ventana de la habitación de Tita y hacia el patio de abajo, donde Pedro persiste en un estupor borracho.
La bola de fuego provoca que explote una lámpara de aceite cerca de Pedro, que prende fuego a todo su cuerpo. Todos corren al lado de Pedro, con Tita sollozando incontrolablemente y Rosaura tratando de ser la esposa disciplinada. Cuando Pedro clama por Tita sola, Rosaura se siente humillada y se encierra en su habitación durante una semana. Tita se consume atendiendo a Pedro. Poco después de este incidente, Gertrudis y su pelotón abandonan el rancho. El mismo día, John vuelve de los Estados Unidos. Tita está feliz, pero teme las noticias que debe conceder.
Capítulo 11: Noviembre
Tita, enfrascada cuidando a Pedro de nuevo por su salud, está nerviosa con John, porque está segura de que debe anular el compromiso porque ya no es virgen. Mientras Tita prepara tamales para la cena, Rosaura surge de su exilio de una semana, habiendo perdido sesenta y cinco libras. Rosaura se afronta a Tita sobre su relación con Pedro, certificando que se ha convertido en un hazmerreír, mientras que Tita ha tomado el papel de esposa en el cuidado del herido Pedro.
Tita posteriormente expresa su enojo con Rosaura por haberse casado con Pedro en primer lugar. Rosaura insulta amargamente a Tita como una «mujer suelta» y dice que ya no consentirá que Esperanza esté en su presencia. Después de su pelea con Rosaura, Tita regresa a cocinar. De repente, un frenesí entra en el patio cuando todos los pollos en el rancho se atacan violentamente entre sí, llenando el aire con plumas sangrientas.
Tita intenta contenerlos, pero la furia continúa, de modo que los impecables pañales bordados de bebés colgados en el tendedero se manchan de sangre. La pelea de gallos crea un formidable remolino de energía, convirtiéndose en un tornado contundente. Tita pretende salvar algunos de los bellos pañales de Esperanza, pero pronto tiene que agrupar su energía en no ser arrastrada por el viento. El tornado azota tan poderosamente que hace un agujero en el suelo, y todos menos tres pollos son absorbidos por este vacío.
Cuando definitivamente está a salvo, Tita vuelve a la cocina, donde halla que sus tamales no están listos para la comida. Ella recuerda el sabio comentario de Nacha de que los tamales no se cocinan cuando la gente está discutiendo. Para neutralizar la fuerza de la mala sangre entre ella y Rosaura, Tita recuerda todos sus recuerdos más felices de Pedro y le canta a los frijoles. Tal como ella espera, los frijoles reaccionan a esta infusión de alegría y se preparan para cocinar.
Tita empieza la cena con John y su tía con mucha aprensión, ya que sabe que debe concluir su compromiso. John siente que ella está alterada. Los dos hablan en español para evitar el asunto de la tía de John, la cual es sorda y solo puede leer los labios en inglés, y Tita le revela todo a John. Aunque desilusionado, John dice que aún ama a Tita y está dispuesto a casarse con ella a pesar de sus relaciones con Pedro. No obstante, le pide que decida por sí misma con qué hombre quiere pasar el resto de su vida.
Capítulo 12: Diciembre
Los ocupados preparativos para otra boda hallan a Tita y Chencha trabajando duro en la cocina. Parece, al principio, que esta es la boda de Tita y John; no obstante, se revela paulatinamente que han pasado muchos años y la celebración honra la unión de Esperanza y Alex, el hijo de John Brown. En los años intermedios, Tita ha estado en el hogar con Rosaura, Pedro y Esperanza bajo las pautas de un pacto silencioso.
Su delicada convivencia detonó cuando Esperanza y Alex quisieron casarse: Tita y Pedro suplicaron que se respetaran los deseos de Esperanza, mientras que Rosaura conservó sólidamente la rígida tradición que su madre había forzado en Tita. Después de días de disputas violentas, Rosaura murió, aun sufriendo su desagradable trastorno. Su funeral tuvo poca asistencia debido al olor intolerante que aún procedía de su cuerpo.
La muerte de Rosaura dejó a Esperanza libre para casarse con Alex, y todos los miembros de la familia están encantados. Paralelamente, Pedro y Tita son algo libres de expresar sus verdaderas emociones, aunque pretenden obstinadamente conservar a raya a todos los deseos. Luego de la hermosa boda de Esperanza y Alex, Tita y Pedro posteriormente se quedan solos en el rancho, sin nadie que los separe.
Hacen el amor por primera vez sin moderación ni temor a la interrupción, y perciben una dicha tan maravillosa que Tita ve un túnel luminoso que lleva hacia el mundo de los espíritus. Al recordar cómo John Brown le habló de esta eventualidad y cómo el alma volverá a través de este túnel, Tita se calma para que pueda seguir viviendo y percibiendo su nueva alegría. Al mismo tiempo, ella siente que el latido del corazón de Pedro se acelera velozmente y luego cesa. Ha muerto y entra en el túnel en la visión que le suministra su dicha.
Tita desea desesperadamente haber ido con él. Para prender de nuevo el fuego interior que le abrió un pasaje hasta la muerte, Tita consume las velas que prendieron la habitación hasta el momento de la muerte de Pedro. El túnel se abre de nuevo a Tita, y esta vez ve la figura de Pedro al final. Tita deja el mundo para ir hacia él. Cuando ella se encuentra con él, sus cuerpos espirituales crean chispas que incendian el rancho.
El fuego está repleto de hermosas explosiones que la gente del pueblo confunde con los fuegos artificiales que celebran la boda de Esperanza y Alex. Al volver de su luna de miel, Esperanza y Alex hallan el rancho quemado en el suelo. Descubren, bajo muchas capas de ceniza, un libro de cocina que posee todas las recetas dominadas por Tita.