Sergio Pitol: Biografía y Obras del autor

En el artículo de hoy te traemos una interesante y confiable información sobre el escritor Sergio Pitol. Sigue leyendo y encontrarás su Biografía y las mejores obras de este autor mexicano.

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Biografía de Sergio Pitol

Sergio Pitol nació el 18 de marzo del año 1933 en Puebla, México. A los cuatro años se mudó a un lugar llamado El Potrero, en Veracruz, luego de que su padre muriera. Al cumplir cinco años, su madre también murió trágicamente, ahogada en el río Atoyac. Creció en una gran casa dentro del pequeño pueblo mencionado, sin sus padres, y rodeado por menos de tres mil habitantes.

Pasó toda su infancia con adultos, escuchando cómo ellos expresaban en cada una de sus conversaciones la nostalgia por el mundo que existió antes de la revolución, un mundo que fue destruido y en donde se guardaban recuerdos totalmente contradictorios: al recordar las virtudes de ese paraíso, enseguida comenzaban a quejarse por las miserias que atravesaron durante esa época. 

Esas experiencias, justamente, fueron las que influyeron en gran medida en la creación de los primeros cuentos de Sergio Pitol. Entre ellos se encuentran los de Tiempo cercado e Infierno de todos, que, según el autor, son el resultado de un ejercicio de limpieza y una forma de escapar de ese mundo enfermo, lleno de lugares oscuros y aislados.

Durante muchos años sufrió de paludismo, una enfermedad infecciosa que se caracteriza por ataques intermitentes de fiebre y escalofríos, causados por la picada de un mosquito. Estas circunstancias lo forzaron a recluirse en casa, y durante ese tiempo se entregó totalmente a la lectura. Inició leyendo a autores increíbles como Julio Verne, Stevenson, Dickens, entre otros. Cuando tenía doce años de edad, ya había terminado de leer Guerra y Paz. Su conocimiento en el aspecto de la lectura era bastante admirable, pues desde temprana edad se familiarizó con autores importantes.

Cuando tenía diecisiete años, ya conocía sobre las obras de Marcel Proust, Faulkner, Thomas Mann, Virginia Woolf, Kafka, Neruda, Borges, autores de la generación del 27 y del grupo Los contemporáneos, además de algunos clásicos españoles. Cada verano, iba a un balneario junto a su abuela y hermano a tomar aguas minerales, sin embargo, nunca llegó a experimentar gran mejoría para su enfermedad. 

Su abuela fue una figura muy importante dentro de su vida, ya que, no sólo se hizo cargo de su educación sino que fue un modelo a seguir para él a la hora de iniciarse en la literatura, pues pasaba la mayoría de su tiempo libre leyendo novelas, sobre todo las de Tolstoi, quien era su autor preferido. Después de cumplir los 17 años se fue a la Ciudad de México para estudiar en la universidad, consiguiendo su verdadera vocación en la facultad de derecho de la universidad nacional autónoma de México.

Fue notoriamente influenciado por su maestro Manuel Martínez Pedroso, que impartía la cátedra de Teoría del Estado y Derecho internacional. Sergio Pitol declaró numerosas veces que Don Manuel fue una de las personas más sabías que había conocido en su vida.

Se graduó de derecho en la universidad mencionada anteriormente y fue titular de la misma carrera en la Universidad Veracruzana de Xalapa y en la Universidad de Brístol. Además, fue un integrante del Servicio Exterior Mexicano de 1960, en donde tuvo un rol como agregado cultural en París, Varsovia, Budapest, Moscú y Praga. Su viaje a Moscú incrementó su pasión por la literatura rusa en general, más que todo por el autor Antón Chévoj. Vivió en varios países de Europa como Roma y Barcelona, por motivos de trabajo y estudio.

Vivió en Barcelona desde 1969 hasta 1972. Allí trabajó para varias compañías editoriales como traductor, entre ellas Seix Barral, Tusquets y Anagrama. Esta última publica sus obras en España. Desde 1993 hasta el día de su muerte residió en Xalapa, capital del estado mexicano de Veracruz. Además de ser conocido como escritor, Sergio Pitol también tenía cierta fama por sus traducciones al español de novelas de importantes autores en lengua inglesa, como Jane Austen, Joseph Conrad, Lewis Carroll, Henry James, entre otros.

Inició sus publicaciones al llegar a la adultez, con No hay tal lugar, en el año 1967. Inició con sus cuentos y durante quince años siguió escribiendo más y más. Pitol, durante su vida, declaró que a través de los cuentos realizó su aprendizaje. Tardó mucho en sentirse seguro con respecto a su escritura y sobre sí mismo. Escribió decenas de libros antes de El arte de la fuga, publicado en 1996, en donde hizo evidente el balance de su trayectoria, creando un género narrativo y memoralístico bastante íntimo. Sin embargo, la difusión de su obra fue tardía.

En enero del año 1997, fue escogido como miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua. Sergio Pitol murió el 12 de abril del 2018 a los 85 años de edad por complicaciones de una afasia progresiva con que lidiaba desde hace varios años antes de su muerte.

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Análisis de la obra de Sergio Pitol

Las obras de Sergio Pitol tienen un estilo particular que, a través de un humor refinado y desafiante, ofrecen una mirada de desilusión a la realidad. Dentro de su trabajo merecen ser mencionadas obras como Trilogía del Carnaval, que se forma por El desfile de amor, Domar a la divina garza y La vida conyugal. En sus volúmenes de cuento se destacan Nocturno de Bujara, publicado en 1982. Gracias a este cuento obtuvo el premio Xavier Villaurrutia.

En cuanto a su reconocimiento, como mencionamos anteriormente en este artículo este no llegó para Sergio Pitol hasta épocas tardías en su carrera. Pero existen varias razones históricas para que los hechos se desenvolvieran de esa manera. Sergio Pitol publicó muchas de sus obras sin preocuparse por promoverlas, pues siempre se encontraba en alguna misión extranjera. Incluso con la gran cantidad de premios acumulados y traducciones por las que se ha dado a respetar, nunca ha sido imagen para los consorcios editoriales como lo fueron autores más reconocidos como Benedetti, García Márquez, entre otros.

Sin embargo, los libros de este autor nunca fueron difíciles de conseguir,  y tampoco han sido ignorados por los grandes lectores. Para Pitol, el privilegio de sus lectores se fundamenta en la iconografía. Más que minoritario, se le considera como un autor distante, aislado de manera genuina en su biblioteca y cercado por la risa. Pero su presencia muchas veces genera la imagen contraria.

La obra general de Sergio Pitol, vista en conjunto, ha rodeado de forma agresiva el problema de que lo real sólo tiene sentido cuando se convierte en algo contado. Un recuerdo e incluso los sueños pueden ser materiales insignificantes, los cuales solamente pueden transmitir algo a otro al formar una tercera atmósfera en donde las cosas tienen significado. Como anota en una de sus obras, la inspiración es el fruto más delicado de la memoria.

En el tema principal de su cuento El regreso, un estudiante mexicano va a ser expulsado de su habitación en el Hotel Bristol de Varsovia, donde vive de forma humilde; recuerda una historia de su infancia mientras come junto a su amigo cazador: un tlacuache ha estado robando gallinas y los niños son comisionados para cazarlo, lo cual hacen por sus propios medios, que son algo brutales.

Cuando el animal al cual este grupo de niños caza está agonizando, de su cuerpo se expulsan unas siete crías, las cuales a su vez son exterminadas, igual que su madre. Ningún hecho relaciona la expulsión del joven de su habitación con la historia del tlacuache, sin embargo, se crea una tercera atmósfera en donde la habitación del hotel y el seno materno proponen una teoría sobre el mundo, que consiste en que toda mudanza es una expulsión del paraíso y la vida es una eterna mudanza. 

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Para comprobarlo, sólo es necesario pensar en los ambientes que chocan dentro del relato en cuestión: la exuberancia de la infancia contra la rudeza del invierno en la Polonia comunista. Aquí, Sergio Pitol plantes que siempre sigue algo y siempre puede ser peor. Aunque suene un poco pesimista, brinda una visión bastante realista de la vida a través de su literatura.

El mago de Viena es un libro bastante complejo, incluso podría ser parte del cuarto volumen de los escritos autobiográficos de Pitol, en cuyas páginas se siguen las ediciones de Autobiografía precoz, El arte de la fuga y El viaje. Sin embargo, no deja de ser un libro de recortes para rememorar sus obras. 

Este no tiene las características formales de sus dos últimos libros, en donde los ensayos literarios, los diarios íntimos y las meditaciones sobre su propia poética se generan de forma delicada unos sobre otros, creando esa tercera atmósfera llena de ideas que pueden no integrarse de forma directa, pero poseen una gran consistencia en donde se reflejan libros disímbolos como el Oráculo manual de Gracián o la Trilogía de Henry Miller.

Sus obras no son para sentarse a leer en un solo día, son volúmenes de compañía. Se dirigen de forma directa sin depender del truco que se halle en la trama a la conciencia de cada lector, dejando ahí grabada la sabiduría brindada por el escritor, dispuesta a regresar cuando más lo necesitan quienes lo leen. Igualmente podrían leerse sus obras como una suma de ensayos y notas, justo como fue Pasión por la trama, que dejó constancia de un conjunto de lecturas de Pitol en la gran hora de su canonización.

 Por otro lado, fue útil para distender las presiones formales que convirtieron El viaje en un sitio donde comienza el siglo XXI para las letras mexicanas. Según los críticos, la obra mencionada está delicadamente tramada, siendo única entre las letras hispánicas recientes. Al mismo tiempo brinda una lección de sutileza en la trama y desarrollo de toda la historia y sus personajes.

Existe una parte de El viaje que es particularmente atractiva para muchos lectores, la cual se presenta como un ejercicio de voluntad memoriosa. Pitol escribe sobre la ciudad de Praga debido a que, aunque es su favorita dentro de las ciudades europeas en las que ha vivido, nunca ha podido escribir ni una sola línea sobre ella. Incluso en sus escritos en el diario que poseía mientras vivió ahí, describe lecturas y conversaciones, pero no la ciudad en sí.

Entonces, dentro del libro en cuestión, escribe una escena terrible pero un tanto cómica, en la que retrata un callejón cercano a la Embajada, un hombre anciano reprende a los peatones desde el suelo sin poderse levantar. Cuando el autor se acerca, descubre que el anciano no está bajo los efectos del alcohol, sino que se ha resbalado en su propio excremento y cada vez que intenta levantarse, patina en ella. Esta escena termina de cualquier forma y nunca regresa, igual que la ciudad en la que sucede el hecho: El viaje tiene una trama, pero no tiene nada que ver con Praga.

A medida que avanza el libro, el lector puede darse cuenta de que el tema que se asoma desde el fondo, con sutileza, es el excremento, de forma figurativa. Se narra sobre los rituales asociados al deshecho, mientras reflexiona sobre la creación como un sitio liberador, que no siempre puede ser presentable al que servimos revolcándonos, resbalando una y otra vez. Los libros, en esta obra, son a los hombres lo que el oro a los dioses: santo excremento.

La escena final es bastante conmovedora, pues Sergio Pitol se describe como un niño en Portrero, Veracruz, el pueblo en donde creció. Como mencionamos anteriormente, sufría de paludismo. En su libro cuenta cómo, entre cada episodio de fiebre, entra al ingenio azucarero y se tira sobre una gran montaña de bagazo. Allí, enterrado bajo los deshechos, se percibe como un pequeño niño ruso. Más tarde confiesa que, de todas las percepciones que ha tenido de sí mismo, esa es la que le parece ser auténtica, a pesar de ser la más delirante.

El viejo que resbala en sus propios deshechos y el niño que se ve como ruso son totalmente diferentes, pero entre ellos se ha creado lo que hemos nombrado como una tercera atmósfera en donde se encuentran las diferentes revelaciones de la trama. Una vez más, sucede que no son visibles sin el matiz de la creación literaria, sin esa necesaria tercera atmósfera.

Por otro lado, El arte de la fuga inicia con una descripción distorsionada de Venecia: plantea que para poder ver lo que hay en el mundo real, debes dejar los lentes de diario olvidados en el escritorio. Posteriormente, en lo profundo del libro, la historia que da sentido a las demás se vacía en un conmovedor cuento en donde muere la madre del narrador, y sólo puede ser recordada en una sesión de hipnosis. La realidad está muy clara, sin embargo, sólo puede entenderse desde la representación de Pitol: sin lentes, en sueños o como niño ruso. Con esto el autor nos plantea que la realidad puede ser muy clara, pero no siempre tiene sentido, no siempre la vemos como deseamos.

Muchos de sus cuentos y novelas tuvieron gran influencia de Henry James en cuanto a los recursos estructurales. Las tendencias literarias de letras hispanoamericanas en su generación desaparecen y destacan por su carácter irónico y erudito. A su vez, dentro de la obra narrativa de Sergio Pitol se encuentran dos etapas, las cuales serán explicadas a continuación.

Primera etapa

Esta etapa comienza con los primeros cuentos de Pitol, los de Tiempo cercado e Infierno de todos. Se caracteriza por sus tintes nostálgicos y algo pesimistas, incluso negativos. Él mismo define su primera etapa como un intento de escape de un mundo enfermo y sofocante, en donde no puede respirar, se siente asfixiado. Durante el periodo en el que escribió dichas obras, se entregó a la lectura de William Faulkner, pues dentro de sus novelas halló un mundo con el cual se sentía identificado.

En las novelas de Faulkner, se retrataba el mundo de los terratenientes de la región sureña de Estados Unidos posterior a la Guerra Civil. En ese entonces las personas vivían que vivían en impresionantes casas, padecían enfermedades infecciosas de todo tipo y vivían arruinadas no lograban adaptarse al mundo contemporáneo. Este mundo estaba lleno de niños que nacieron después del desastre, huérfanos, enfermos y amedrentados.

Segunda etapa

La segunda etapa es conocida como la de los viajes, pues el protagonista, como hemos explicado anteriormente en este artículo, es un peregrino laico, un joven lleno de ansias por descubrir los misterios más oscuros de la naturaleza humana. Durante esta etapa, Sergio Pitol tiene como principal objetivo profundizar en la psicología de cada personaje, la mayoría de ellos de origen mexicano, planteando distintos dilemas morales.

Uno de los mejores ejemplos es el relato Cuerpo presente, con el que justamente inicia esta segunda etapa. En dicho relato, realiza un registro de los personajes y lugares que ha ido conociendo, sin embargo, sólo utiliza el lugar en cuestión como marco escénico. No cuenta en detalles mayores su experiencia viviendo en las ciudades europeas. En esta etapa es en donde Pitol se ahonda más en la mencionada de la tercera atmósfera, planteando diferentes historias que se conectan a través de ellas, realidades totalmente distintas que presentan los mismos dilemas morales y similares naturalezas humanas.

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Sin duda este autor ha puesto a pensar y reflexionar sobre la naturaleza humana y la forma en la que vemos nuestra propia realidad, la manera en la que percibimos lo que nos rodea y cómo nuestros sentidos pueden engañarnos. Precisamente, el autor plantea que para percibir la realidad de forma adecuada, debe realizarse desde una perspectiva distinta a la propia.

Las obras de Sergio Pitol no son para tomarse a la ligera, cada uno de sus libros, cuentos y ensayos son bastante complejos y no tan sencillos de comprender, sin embargo, vale la pena darles una oportunidad. Fue uno de los mejores escritores de su época e indudablemente uno de los más creativos, poniendo en cuestión nuestra propia naturaleza y siempre dispuesto a profundizar sobre ella para poder mejorar cada una de sus obras.

Obras publicadas

Este escritor realizó un gran número de obras que fueron publicadas en años diferentes, cada una con una temática diferente, pero al mismo tiempo conectadas entre sí, lo cual el lector podrá notar al comprender la obra. Aquí te dejamos una breve lista de algunas obras de Sergio Pitol:

  • Tiempo cercado.
  • Infierno de todos.
  • No hay tal lugar.
  • Del encuentro nupcial.
  • Cuerpo presente.

Las obras mencionadas son algunos de los cuentos de Pitol, posteriormente comenzó a publicar novelas, dentro de las cuales destacan las siguientes:

  • El tañido de una flauta.
  • El desfile del amor.
  • Juegos florales.

Podrás encontrar las obras de este increíble autor en internet, ya sea comprando sus libros o descargándolos. Incluso hoy en día, gracias a su gran talento, es muy sencillo encontrar algunas de sus obras en librerías cercanas, ya que desde que comenzó a escribir, llamó la atención de muchos lectores a través de los años. Te recomendamos echar un vistazo a algunas de sus obras. Sergio Pitol es mayormente aclamado por sus cuentos, en donde se desarrolla la tercera atmósfera que mencionamos, quizás quieras leer alguno de ellos.

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